Manitas, paciencia y 1.245 € es lo que se necesita para transformar una deportiva de baja cilindrada como la Kawasaki Ninja 250 en un “pepino” Street figther listo para atraer todas las miradas.
La empresa estadounidense Brasse, ha sacado un kit mediante el cual cambiar totalmente la estética y el concepto de la “ninjita” para darle un aire mucho más urbano y también oscuro.
A base de quitar partes originales de la Ninja 250 e implementar las facilitadas por Brasse, se consigue tener una auténtica 31BLK. Lo mejor de todo es que no hace falta modificación mecánica ninguna, se trata de un kit de “plug and play” que traducido libremente al castellano podría llamarse “montar y disfrutar” (aunque literalmente sería montar y jugar). El caso es que por un puñado de dólares extras se pueden tener dos motos muy diferentes en cuanto a estética se refiere, aunque sin tocar el alma de la moto.
En el pack que Brasse pone a disposición del público en el precio básico incluye todo lo que se puede apreciar en el diseño, a excepción del porta-matrícula, los carenados inferiores y el asiento de pasajero, que se pueden adquirir por separado.