El director de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, ha confirmado a Efe que el organismo dependiente del Ministerio del Interior tiene previsto proponer la unificación de la velocidad máxima en carreteras convencionales de doble sentido.
El nuevo límite para estas vías quedaría fijado en 90 km/h, sea cual sea la anchura y el estado del arcén y sea cual sea el número de carriles por sentido que posean. De esta manera, el cambio se implementaría en las carreteras convencionales que tenían arcén asfaltado de al menos, 1’5 metros. En este caso, la velocidad máxima se reduciría en 10 km/h, pasando de 100 a 90 km/h.
Los motivos que Navarro ha dado a Efe para llevar a cabo esta medida son reducir la siniestralidad en un tipo de vía que acumula gran parte de los accidentes y ayudar a los conductores a entender cuál es la velocidad máxima permitida en cada momento en carreteras convencionales independientemente de las características de la misma (si tiene o no arcén, por ejemplo).
Además, desde Tráfico tienen previsto implementar esta medida antes de las elecciones del 20 de noviembre, a través de una modificación en el Código de Circulación. ¿Cómo se haría? Pues sustituyendo las señales al comienzo de cada carretera por una de prohibición de superar los 90 km/h.
Una medida que, sin duda, puede ser menos polémica que la reducción a 110 km/h en autopistas y autovías, pero que una vez vivida esta última situación, volverá a abrir debate entre los conductores.
