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Cascos de moto: ¿absorción o destrucción? Póngame las dos, por favor

Fotos: Wikimedia, Shark
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Todo el mundo sabe más o menos cuáles son las partes fundamentales en las que se divide un casco de moto. Pero no tantos conocen cuál es su función y cómo la interacción entre ellas nos protegen realmente en caso de sufrir una caída o un accidente. Descubre estos detalles con nosotros.

Hace algunas semanas os contábamos cuál era el proceso de fabricación de un casco de motocicleta y cuáles eran las distintas partes que lo forman. Pero un casco de moto se fabrica de esta forma no porque alguien dijo que era la mejor manera de hacerlo, si no porque realmente es como se consigue la máxima protección.

En un primer momento podríamos creer que no hay mucha diferencia, desde el punto de vista constructivo, entre un casco de los que se usa para trabajar y uno que nos ponemos para ir en moto. Pero lo cierto es que su desarrollo está hecho en base a la función que tienen que cumplir.

Así por ejemplo en un casco de obra, prácticamente todos los impactos son por caída de objetos por lo que se producen desde una única dirección, y no suele haber repetitividad de impactos en la misma zona. Sin embargo en un casco utilizado para ir en moto, la dirección del impacto puede venir desde cualquier dirección además de que la intensidad va en función de la velocidad o el objeto contra el que se impacte e incluso no es raro que en la misma zona se produzcan varios golpes seguidos.

El casco no debe sólo proteger de los impactos exteriores sino que al mismo tiempo debe ser capaz de proteger a nuestro cerebro de que este golpee la parte interna del cráneo, lo que produce también graves lesiones. De esta forma, si el casco fuese completamente rígido, frente a un golpe se detendría inmediatamente pero la inercia haría que nuestro cerebro se siguiese moviendo hasta golpearse contra las propias paredes que lo protegen.

Partes de un casco

Es por ello que una de las funciones principales del casco es hacer que la deceleración que sufre la cabeza sea lo menor posible, algo en lo que influye directamente tanto el acolchado como la composición de la calota interna.

Pero entonces nos podríamos preguntar el motivo por el cual el casco no es completamente blando y, por el contrario, cuenta con una calota externa dura. Pues bien, la función de esta calota es doble: proteger la calota interna de los agentes externos y pequeños golpes al mismo tiempo que disipa la energía de un impacto sobre una superficie mayor.

Así, si recibimos un impacto de un objeto cuya sección es relativamente pequeña (una piedra afilada por ejemplo), existen muchas posibilidades de que penetre en el interior y nos provoque daños. Sin embargo, si la calota externa es dura y rígida, podrá aguantar este golpe y disiparlo por toda la superficie, maximizando la protección que se consigue.

Volviendo a la calota interior, es importante destacar que se fabrican en varias densidades pues dependiendo de ello, son más eficaces cuando las velocidades de impacto son diferentes. Una densidad baja será más eficaz a baja velocidad y por el contrario, una densidad alta nos protegerá más a alta velocidad.

Secuencia de absorción de un impacto

Impacto de un casco

Por lo tanto, ahora ya estamos capacitados para entender cómo durante un impacto el casco ayuda a proteger nuestra cabeza.

Cuando recibimos el golpe, la rígida carcasa exterior convierte el punto de impacto en otro mucho mayor, haciendo que la energía se redirija por toda la superficie. Justo debajo y en contacto directo, la calota interna se deformará y/o romperá en función de la fuerza del impacto. Todo ello con el fin de absorber el máximo de energía posible antes de que llegue a nuestra cabeza.

De igual forma, tanto el acolchado interno como la calota interna harán que la deceleración que sufrimos sea la mínima posible. Cuanto más tiempo tenga la cabeza para ir reduciendo gradualmente su velocidad, tanto mejor para evitar daños internos.

Aun a pesar de haber recibido un impacto, la estructura del casco se mantendrá prácticamente intacta por lo que estará en condiciones de volver a absorber un nuevo impacto, repitiendo el proceso anterior paso por paso.

Shark y el anuncio que muestra este proceso

Hace años Shark realizó un anuncio en el que, de forma simulada, se demostraba como un casco era capaz tras recibir un impacto conseguir que parte de la fuerza aplicada se absorbiese eficazmente por las diferentes capas constructivas y así evitar que fuese redirigida directamente a nuestra cabeza.

Lejos de ser posible realmente hacer un experimento de este tipo ya que nuestro propio cuerpo es eminentemente inelástico y por lo tanto, sufre deformaciones en los impactos, sirve para ejemplificar de una forma muy clara cómo debe funcionar un buen casco que nos proteja la cabeza.

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