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Cascos de moto: ¿Por qué es importante la talla y llevarlo abrochado?

Fotos: AMV
Llevar el casco se antoja imprescindible, pero también lo es el elegir la talla correcta y llevarlo correctamente abrochado y apretado. Te contamos por qué es necesario prestar atención a estos dos factores y qué debes tener en cuenta antes de elegir la talla de tu casco.

Hoy en día, parece que prácticamente la totalidad de usuarios de moto en España son conscientes de la necesidad de llevar casco cuando disfrutan de sus monturas. Atrás quedaron esos tiempos en los que era habitual ver a gente montando en moto y sin ningún tipo de protección. Sin embargo, todavía sigue siendo habitual encontrarse con gente que lleva el casco desabrochado y, sobre todo, con tallas incorrectas.

¿Por qué es importante llevar el casco abrochado?

Al contrario de las creencias de algunas personas, llevar un casco puesto pero no abrochado es prácticamente igual que no llevar nada. Existen personas que se excusan en la comodidad para saltarse este paso imprescindible, algo totalmente incomprensible teniendo en cuenta que actuando así se tienen todos los posibles inconvenientes alegados por algunos como el calor o despeinarse, pero no se tiene ninguna de las ventajas y seguridad que deben aportar los cascos.

En la inmensa mayoría de los accidentes, llevar el casco desabrochado implica que este salga despedido antes, incluso, del primer contacto del motorista con el suelo, provocándose así graves lesiones. Para evitarlo, el casco siempre debe ir abrochado correctamente y con el cierre lo más ajustado posible.

¿Por qué no sirve de nada llevar el casco abrochado si no es de la talla correcta?

Uno de los grandes errores a la hora de comprarse un casco es hacerlo de la talla equivocada. Existen falsos mitos como el de que debes ser capaz de introducir un dedo entre la mejilla y el acolchado del casco o que debe ir holgado para que no sea molesto. Sin embargo, hacer caso a estos consejos no nos llevará a elegir correctamente la talla, algo de vital importancia.

A la hora de un posible accidente, llevar un casco de una talla mayor a la necesaria también nos pondrá en grave peligro. Aunque esté abrochado, un casco que nos quede grande tenderá a moverse e incluso salirse en el primer impacto, dejándonos totalmente desprotegidos a partir de ese momento. En los casos más graves, puede llegar a romperse incluso la correa, ya que es el único punto que retiene el casco en su sitio y soporta tensiones muy elevadas.

En otros casos y aunque no llegue a salirse, el movimiento relativo entre el casco y la cabeza puede producir lesiones tanto en la cara como en la mandíbula, lanariz o incluso la zona del cuello.

Por estos motivos, es imprescindible ponerse del lado de la seguridad y utilizar el casco con cabeza. De esta manera, nuestra vida estará más protegida en caso de accidente.

¿Cómo asegurarnos de nuestra talla de casco?

Todos los fabricantes disponen de una relación entre el diámetro de la cabeza y la talla. Aún así, lo aconsejable es ponérselo. Una vez puesto, para comprobar que es nuestra talla, es conveniente mover la cabeza como si estuviéramos negando. Si nuestra cabeza se mueve dentro del casco, es que no es la talla correcta. También, esto en el caso de los cascos integrales, hay que mirar si tirando de la parte trasera, la de la nuca, te puedes quitar el casco. Si es así, tampoco es tu talla.

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