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Ducati 1036 CS: una 996R vitaminada al alcance de muy pocos

155 CV y 155 kilogramos de pura pasión italiana
Fotos: Alex Ortner
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Cuando uno tiene ya de por sí una de las mejore motocicletas deportivas del planeta en su garaje, no es sencillo y mucho menos barato, poder extraer algo más de ella, tanto mecánica como dinámicamente. Si además hablamos de una Ducati 996R la cosa se torna aún más difícil. Aunque esto no fue impedimento para que Alex Ortner, antiguo propietario de esta maravilla rodante, realizara una impresionante preparación sobre ella.

Una maña te levantas, bajas a tu garaje particular y te quedas mirando fijamente las sugerentes formas de tu Ducati 996R de 1999 y piensas…¿Qué podría hacer yo para tener la mejor 996 matriculable del planeta? A priori puede parecer una pregunta sencilla e incluso podríamos encontrar respuestas de todo tipo. Pero Alex Ortner, el que era propietario de esta exótica motocicleta allá por el año 2003, decidió que quería construir algo muy especial y al alcance de unos pocos privilegiados.

Adelantamos que la lista de extras con los que cuenta esta maravilla alcanza una cifra final de seis cifras, sin contar la moto, por lo que como ya podemos presuponer en ella se emplearon los materiales y componentes más exclusivos del momento. Además, el concepto que se buscaba estaba totalmente definido. Lograr una relación peso potencia 1-1 se había convertido en la meta final de esta preparación. Pero para ello había que recurrir a los mejores especialistas del planeta.

Ducati 1036 CS vista lateral

Asi que lo primero que encargó Ortner fue la fabricación de un nuevo chasis en fibra de carbono. Con él, además de rebajar el peso en un 60% se lograría aumentar la rigidez torsional, algo muy importante de cara a la preparación que se había pensado para el motor. Para ello, los austriacos de Carbo Tec dieron forma al nuevo chasis, siguiendo unas formas muy similares al que traía de serie esta Ducati 996R. El resultado era un peso final de solamente 6,5 kilogramos, incluyendo el subchasis. Eso sí, tras desembolsar inicialmente más de 18.000 euros por ambas piezas.

Pero esto era solo el comienzo. Luego llego el basculante trasero de magnesio, las llantas Marvic de titanio o el carenado completo de carbono. Respecto a la mecánica destaca sin duda el equipo motor con el que se incrementa la cilindrada hasta llegar a los 1.036 cc. Para ello recurrió al preparador Martin Brickwood Performance que modificó, entre otros, el tamaño de los pistones, nueva caja de cambios, árbol de levas, cigüeñal, inyección electrónica, sistema de refrigeración por completo con todos los manguitos reforzados reforzada, etc. Todo ello para alcanzar la mágica cifra de 155 CV de potencia y 136 Nm de par máximo.

 
Ducati 1036 CS vista lateral

Ahora quedaba equipar una parte ciclo a la altura del resto del conjunto y que mejor qué hacerte con un conjunto de suspensiones Showa con especificaciones SBK. Solamente la horquilla delantera costó unos 19.000 euros, a los que hay que sumar el amortiguador trasero Penske 8987 y la frenada Brembo GP, lo mejor que se podía instalar en aquel momento en una motocicleta de calle. Todo ello combinado con una interminable lista de componentes que en total sumaba unos 93.000 euros de la época.

En definitiva 155 CV de potencia para apenas 155 kilogramos de peso, convirtiendo a esta joya en una moto de circuito apta para poder circular por la vía pública. En el año 2012 la moto fue vendida por unos 84.000 euros y hace apenas unos meses volvió a estar a la venta por 58.000 euros. No sabemos si finalmente logró encontrar un nuevo propietario. Lo que sí está claro es que estamos ante una de las preparaciones de Ducati más especiales del planeta y que, aún hoy, sigue impresionando por la calidad de sus materiales y acabados.

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