Normalmente uno no piensa en meter su moto en un bloque de hielo bajo ningún concepto, pero resulta que el propietario de un hotel de Suecia decidió que sería un reclamo bonito tener una Victory V92 TC congelada. Eso fue por el año 2011, pero el tiempo pasó y la moto ha seguido en estas condiciones hasta esta primavera, cuando aprovechando el deshielo ha vuelto a la vida.
Lo más curioso de todo, es que después del proceso de congelación, el largo periodo de tiempo que ha estado a temperaturas bajo cero y su posterior vuelta a la temperatura ambiente, la moto únicamente ha necesitado una hora de trabajo para comenzar a rugir de nuevo. Y lo mejor de todo, únicamente ha habido que sustituir la batería y cambiar los fluidos. El resto de piezas son las mismas, incluidas las bujías.
En cuanto a la moto en cuestión, cabe destacar que esta Victory V92 TC no era nueva cuando se procedió a la congelación, si no que en su día se utilizó para experimentos y pruebas y se calcula que tiene sobre 300.000 kilómetros. Para rematar la dureza del “artefacto”, después de todas las perrerías que se le hicieron en Estados Unidos, cuando llegó a Europa se empleó como modelo de aprendizaje, por lo que la sometieron a unos 200 procesos de montaje y desmontaje. ¿Estamos ante la moto más dura de la historia?
