Que levante la mano quién no ha fantaseado alguna vez con saber hacer alguna de las maniobras que hemos visto en algún vídeo de pilotos que son capaces de hacer drifting con su moto como si estuviesen pilotando sobre una deslizante pista de hielo pero manteniendo todo bajo control.
¿Qué necesitamos? Pues una moto a la que no le tengamos demasiado aprecio, billetes para cambiar asiduamente el neumático trasero y manos. Pero también algunos trucos como llevar las ruedas con una presión por encima de lo normal, unas suspensiones más duras, un centro de gravedad bajo o un desarrollo más corto. Y también si nos lo podemos permitir, un basculante más largo para aumentar la distancia entre ejes y que todo resulte más sencillo.
¿Y si queremos hacerlo con un coche? Hombre, pues para empezar hay que descartar todos los tracción delantera que pueblan nuestras carreteras y hacernos con un vehículo de propulsión y si es japonés y de los años 90 mejor pues son muy resistentes, ligeros y con grandes posibilidades de preparación gracias al amplio catálogo de piezas aftermarket.
Luego entra en juego como en el caso de las motos la preparación de las suspensiones, gomas, desarrollo de la caja de cambios, freno de mano hidráulico, mejora en la refrigeración, etc.
Y es el turno de practicar, irse al suelo, volver a levantarse y seguir practicando. Eso sí, siempre correctamente protegido. El resto de lecciones las podéis ver en el vídeo que para los que no entiendan el francés, pueden activar los subtítulos en inglés.
