La industria de la moto sigue esperando una respuesta de la Administración a sus propuestas sobre el sistema de permisos de conducción. Se ha consumido una legislatura sin soluciones, y el atasco político al que se enfrenta la vida política española, sin un Gobierno estable a la vista y con la perspectiva de un nuevo proceso electoral en unos meses, deja en suspenso cualquier decisión. En la práctica, la situación es la misma que en los últimos años: la industria motociclista propone alternativas al actual sistema, pero la Administración da la callada por respuesta.
El sector reclama cambios estructurales en el sistema de permisos que, aclara José María Riaño, secretario general de Anesdor, “no ha funcionado”. El sistema es complejo y caro, lo que complica la renovación generacional de los usuarios de moto. “Pocos jóvenes se animan a dar el salto” hacia el siguiente permiso, indica Riaño.
La convalidación del permiso B con el A1 sí funciona, pero a la hora de dar el paso al siguiente permiso las trabas administrativas y económicas hacen que se reduzca el interés. La tasa de conversión del A1 al A2 es de solo un 38 por ciento.
Ramón Bosch, director general de Kawasaki España, denuncia el trato discriminatorio hacia la moto por parte de la Administración: “Existen numerosas cortapisas a las motos que los coches no paceden. El usuario de moto está sometido a continuos exámenes de conducción entre los 15 y los 22 años: se tiene que examinar tres veces del mismo contenido teórico, desde el ciclomotor hasta el permiso A, mientras que en los coches ni se contempla el acceso progresivo”. Y cada nuevo examen, sobre los mismos contenidos, ya aprobados y puestos en práctica a través de la conducción, supone un nuevo desembolso económico, con lo que la suma de dinero y tiempo invertido para acceder al permiso A lleva al desánimo de muchos usuarios, que optan por renunciar a él.
De hecho, España es uno de los pocos países europeos donde una persona de más de 24 años no puede acceder directamente al permiso A y tiene que pasar por todo el ciclo de permisos de conducción. Una de las peticiones más firmes de Anesdor es que en el paso del A1 al A2, y de este al permiso A, no sea necesario volver a examinarse de los contenidos teóricos ya aprobados.
La consecuencia de todo ello es un freno a las ventas y lo que es peor, un alejamiento del sector motociclista en beneficio del automóvil, que carece de estas trabas y disfruta de otros privilegios, como una mejor tratamiento fiscal.
