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El día que conocí a Maverick Viñales

Fotos: Esther Flex
En 2010 el equipo del BQR Blussens 125 se presentó en una gélida mañana de diciembre en Madrid: la expectación fue tremenda porque la mediática Paris Hilton era la patrocinadora principal. Detrás de todo el revuelo que una de las reinas del papel couché sembraba a su paso estaba un desconocido piloto de 15 años.

Aquel 18 de diciembre de 2010 dio para mucho. Reconozco que yo andaba bastante perdido en aquel lujoso hotel, en ocasiones más pendiente del suculento catering, que de los prolegómenos del acto. No veáis como se las gastan los compañeros de la prensa del corazón a la hora de pillar sitio en un photocall y, una vez tuvimos el nuestro reservado, me concentré en las bandejas que circulaban a mi alrededor y de las que guardo un gratísimo recuerdo.

Una vez la explosiva rubia apareció en escena, quedó claro que primero era ella y luego el equipo que venía a presentar. Una sonrisa se sigue dibujando en mi cara cuando pienso en aquel Maverick de 15 años mirando de reojo el escote de la Hilton en aquel acto, la misma sonrisa que desaparece de mi rostro viendo la espantada que protagonizó el otro día en Malasia.

Cuando la prensa rosa acabó de fotografiar a Paris, nosotros entramos en acción. Con el photocall despejado abordé a Sergio Gadea, piloto veterano pese a su juventud, elegido por el equipo para ser la referencia mientras quitaban presión a Maverick, joven ganador del CEV, en un año que presumían de adaptación para aquel chaval de Roses.

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Después de entrevistar a Sergio y hacernos una foto (una pena todo lo que le ha sucedido los dos años siguientes) me giré buscando a Viñales, pero ya no estaba. Acto seguido se celebraba la entrega de los premios de la Real Federación Motociclista Española a la que él asistiría como vencedor del CEV y había salido como alma que lleva el diablo.

Recogimos tan rápido como pudimos y nos presentamos en la calle Almagro, donde estaban Marc Márquez, Julián Simón y Toni Elías acompañados de un menos mediático por aquel entonces Mela Chércoles, y un sinfín de pilotos de todas las disciplinas relacionadas con las motos en un ambiente festivo y relajado después de acabar la temporada. Sin duda el mejor momento para hablar un rato con ellos.

Yo andaba buscando a Maverick, ya le había visto en pista disputando pruebas del CEV y su talento encima de la moto me parecía de otro planeta. La comparación con el joven ganador del mundial aquel año, Marc Márquez, en lo que a talento y precocidad se refiere, era evidente. Algo que no se nos escapaba a casi nadie. Apenas las palabras «Maverick ¿te puedo hacer unas preguntas?». salieron de mi boca, un airado Ricard Jové se me echó encima de una manera más agresiva que los mismísimos guardaespaldas de Paris Hilton protegiendo a la diva. «¿De qué medio eres?». me increpó con su fuerte acento catalán. Al contestarle que de soymotero.net me respondió: _«es que los de la web a veces hacéis cosas raras”. Se colocó a mi lado durante toda la entrevista y protegió a su pupilo de una manera feroz.

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Vaya Ricard, que ingrata es la vida. Ese mismo chaval al que has defendido, enseñado y cuidado (fui testigo de ello) ha resultado ser el mismo que no ha dudado en dejarte en la estacada de un gran premio a otro sin el menor atisbo de consideración: «Se ha puesto del lado del equipo y por eso también he roto con él». ha dicho Maverick casi dos años después de aquel día en el que me marcaste en corto. Ahora sé como lo supe entonces que hacías lo correcto, que has velado por ese chaval los últimos 5 años y que los jóvenes talentos hay que protegerlos hasta de su propio exceso de ambición para evitar, en la medida de lo posible, que cosas como las de Malasia sucedan.

Por otra parte no dudes, te lo dice el mismo tipo al que ladraste en la cara, que si alguna vez un hijo mío quiere ser piloto te llamaré. Y lo haré convencido que vas a hacer un gran trabajo, con honor, fe y convicción, sabiendo que muy pocos son capaces de hacerlo tan bien como tú.

De aquel tímido chaval con acné que respondía a mis preguntas buscando con la mirada la aprobación de su manager parece que sólo queda el acné. Maverick Viñales se ha ido endureciendo, o más bien envileciendo, a lo largo de estos dos años con especial hincapié en este último cuando partió como favorito en las quinielas por el título y las cosas no han salido como él quería. Nadie duda que es el tipo con más talento de Moto3 y nadie duda que su moto no anda como debería, pero es que tampoco duda nadie que en esto del Mundial de Motociclismo hay veces que tu moto no es la más corre. Deberían haber explicado esto al muchacho poniendo como ejemplo al piloto que lleva pintado el número 46 en la categoría reina. Valentino Rossi ya sabía en la primera carrera de este año que tenía una mierda de moto, se quería bajar de ella desde el primer momento y poner todo en manos de los abogados. Pero además de tener talento en moto hay que ser un profesional, y ha aguantado arrastrando su inmortal leyenda durante toda la temporada de una manera lamentable para sus seguidores y para todo el mundial, a la espera de tiempos mejores y sobre todo de motos mejores, sin bajarse de ella y sin romper ningún contrato. Un profesional de pies a cabeza.

Me resisto a culpar a un chico de 17 años de todo lo que ha sucedido. Maverick Viñales por motivos de edad no puede conducir un coche, no puede votar, no puede entrar en un afterhour, no pudo firmar la renovación del contrato hace tan sólo dos semanas que le vinculan 2 años mas al equipo que abandonó (su padre firmó por él) y desde luego, no puede tomar él solo la decisión que tomó. Habría que ver quien toma las decisiones y quien las consiente, desde luego flaco favor le ha hecho su entorno al chaval.

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Después de la espantada y ya en España, Maverick ha contratado a un nuevo abogado que le ha preparado la maleta y le ha facturado hacia Australia sin duelo ni piedad, parece que han tenido que venir de fuera a poner cordura. Dicho abogado le ha hecho pedir disculpas públicas al equipo y patrocinadores, el piloto se ha vuelto a poner a disposición del equipo y estamos a la espera de si BQR le deja volver a subirse a la moto, algo que Ricard Jové dejó claro: «su moto le está esperando en el box». Sinceramente espero, principalmente por el bien de Maverick, que ambas partes hagan lo posible por solucionar esto sin levantar mucho más polvo. Se ha publicado que algunos patrocinadores están molestos y están preparando acciones legales por daños a su imagen. Esta historia todavía no ha acabado, pero el punto y seguido o tal vez el punto y final está en manos de los abogados de ambas partes.

De todo este embrollo, sin duda me quedo con las unas palabras de Ricard Jové al final de una entrevista a Mediaset en los primeros libres de Malasia cuando Maverick faltó a su box por primera vez. Palabras que explican en esencia lo que ha sucedido aquí: «Llevo 5 años apostando por el talento de Maverick, pero es que a veces el talento no lo es todo».

Curiosamente al día que conocí a Maverick Viñales también conocí a Marc Márquez, la otra cara de esta misma moneda, pero permitidme que esa historia os la cuente otro día.

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