Es probable que nunca más haya una edición de Pingüinos. También es probable que vuelva a haber una concentración motociclista invernal en Valladolid, pero no será Pingüinos. Tras los problemas surgidos y el comunicado emitido por Turismoto, club organizador de Pingüinos, las relaciones entre este y el Ayuntamiento de Valladolid parecen definitivamente rotas, y esta situación condena el futuro inmediato de Pingüinos.
El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, acusa a Turismoto de no decir la verdad y cambiar sus explicaciones a su conveniencia, asegurando que la situación por la que pasa Pingüinos tiene su origen en problemas internos del club más que en las condiciones de los terrenos propuestos por el ayuntamiento y las amenazas de Ecologistas en Acción. Es cierto que existe un litigio entre la actual junta directiva de Turismoto y su tesorero, José Manuel Navas, que fue depuesto por “pérdida de confianza” por la asamblea del club (con el 85 por ciento de los votos), pero este impugnó la asamblea y fue repuesto por un juez. El club recurrió y está pendiente de la sentencia. En cualquier caso, este conflicto no es determinante en la decisión del club de negarse a organizar la concentración.
El Ayuntamiento insiste en que está buscando alternativas para poder llevar a cabo una concentración en el terreno de la Hípica Militar, ofrecido como alternativa al pinar, pero a estas alturas del año (a tres meses de las fechas teóricas de organización) todavía está pendiente de completar una serie de reformas para acoger una concentración multitudinaria. Turismoto lo rechazó porque consideraba que no reunía las condiciones adecuadas (un solar desprovisto de arbolado y con suelo que se embarra fácilmente, donde la acampada sería problemática), como también se negó a volver al pinar a pesar de contar con las autorizaciones del Ayuntamiento y la Junta de Comunidades de Castilla y León al conocer que Ecologistas en Acción presentaría una denuncia que podría provocar la suspensión cautelar de la concentración ya en marcha.
Tampoco hay que dejar de considerar el hecho de la falta de sintonía política con el nuevo equipo de gobierno municipal. La últimas elecciones sacaron del Ayuntamiento de Valladolid al polémico alcalde Javier León de la Riva, que siempre había apoyado Pingüinos sin reservas y con el club mantenía una excelente relación. Y puede que Turismoto esté pagando un coste político por esa relación: “el amigo de mi enemigo es mi enemigo”, una reducción simplista pero real.
En el futuro puede que haya una concentración, pero no será Pingüinos, no al menos si el Ayuntamiento de Valladolid la organiza por su cuenta y riesgo. Pingüinos es una marca registrada propiedad de Turismoto, y el club quiere mantener intactas sus señas de identidad: quiere organizarla en su tierra, Valladolid, a pesar de haber recibido ofertas de otras localidades, y quiere que siga siendo invernal.
