Desde siempre ha sido un vehículo rebelde, los malos de las películas muchas veces van en moto. Nuestro querido vehículo siempre ha estado injustamente asociado al ruido, el exceso de velocidad. Cierto es que mucha culpa la tienen algunos, unos pocos impresentables, que hacen alarde de ello con gran afán de notoriedad.
Esto mismo ocurre con todo tipo de actividades humanas y deportivas, como puede ser el fútbol, las carreras de coches o las chapas, pero por alguna desconocida razón parece ser que “el pueblo llano” tiene especial predilección por señalarnos con el dedo acusatorio.
Hace un tiempo estaba charlando en el porche del chalet que un primo mío tiene en la sierra madrileña, cuando me hizo la siguiente afirmación: – Deberían prohibir totalmente el acceso de cualquier vehículo motorizado al medio natural –
Nuestro querido vehículo siempre ha estado injustamente asociado al ruido, el exceso de velocidad
En aquél instante el scooter de un niñato a escape libre atronó la urbanización, por lo que mi primo interrumpió su afirmación para señalar que no había derecho a eso. Mi respuesta fue:
«Pues es cierto, sin embargo llevamos media hora hablando a gritos porque tu vecino está cortando el césped. ¿Sabes por qué no te molesta? Porque tú también tienes un ruidoso cortacésped.»
¿Para qué hacen tanto ruido estos cacharros? ¿por qué no hay ninguna reglamentación al respecto? Mientras tanto, mucha gente protesta por las motos, sin embargo la inmensa mayoría cumple la normativa legal.
Resulta curiosa la prohibición de circular por cortafuegos sin autorización. Si han de estar limpios de vegetación y la administración gasta mucho tiempo y recursos en ruidosa maquinaria para mantenerlos despejados ¿que inconveniente hay en que subamos por ellos con nuestras enduro? Piloto: Xavi Galindo
Hoy en día la palabra ECOLÓGICO está de moda. En un “todo vale” para colocarse tan distinguida etiqueta, nos podemos encontrar todo tipo de contradicciones. Incluso un ama de casa incapaz de reciclar la basura presume de ello.
Por supuesto, los políticos se han subido al carro a toda velocidad. Si bien nunca se ponen de acuerdo en nada, aquí siempre hay consenso. En todas las comunidades autónomas se aprueban leyes absurdas, ineficaces y sin ningún respaldo técnico ni científico.
Por ejemplo, en la Comunidad Navarra está prohibido circular cuando llueve. ¿Qué sucede si uno sale y en mitad de un recorrido se pone a llover? Casos como éstos hay muchos, tales como graveras y extracción de áridos en Vías Pecuarias, por las que no se puede transitar, pero circulan camiones cargados de arena y otros materiales.
Toda competición debe cumplir la estricta reglamentación de la FIM, que entre otras cosas, obliga a repasar el terreno y reparar los posibles deterioros. Piloto: Antón Fernández
Al autor de este artículo le pusieron una denuncia “por circular campo a través”, aunque estuviera en un camino. Mientras, como riéndose de la situación, una cantera situada a unos kilómetros de allí se va comiendo de modo irreversible la montaña y el bosque que alberga, pero eso no parece preocupar a las autoridades. De mi paso por allí no queda ninguna huella, pero la cantera sigue allí, devorándolo todo a su paso.
Resulta descorazonador, por agravio comparativo, que no se nos permita practicar deporte en nuestras motos, mientras miles y miles de cazadores pueden desplazarse por los caminos en sus todoterreno
En el mismo momento que los agentes forestales terminaban de formular su denuncia, aparecieron dos KTM de frente. Uno de los agentes, el más “beligerante”, saltó con rapidez al enorme Nissan Pickup y salió derrapando entre la maleza en una inútil y estúpida persecución, cuyo único resultado fue lo bien que se lo pasó este energúmeno imitando a Carlos Sainz en el Dakar. Por supuesto su actuación fue contraria a los fines que dice defender y por ello recibe su paga de la comunidad autónoma.
Las profundas roderas del 4×4, de grandes ruedas y casi dos toneladas, permanecerán allí “campo a través” mucho tiempo, mientras que de mi moto, con rueda trasera de 130 y 104 kg. de peso, no quedará ni rastro.
Resulta descorazonador, por agravio comparativo, que no se nos permita practicar deporte en nuestras motos, mientras miles y miles de cazadores pueden desplazarse por los caminos en sus todoterreno para pegar tiros a los animales. Que conste que no tengo nada en contra de la caza, gracias a cuya actividad se cuidan y mantienen con mucha eficacia muchos entornos naturales, pero la administración se ha molestado en regularla mientras que a nosotros nos lo prohíben de un modo tiránico.
En zonas de roca el impacto es nulo. Las herraduras de un caballo por ejemplo dejan una huella indeleble, sin embargo jamás se le ha ocurrido contemplar tal cosa a las autoridades.
Pese a los intentos de diversas asociaciones como AMVER, la catalana ACCAMN, Moteros del Sur Ecologista y muchas otras, las administraciones públicas todavía no han hecho nada. El detallado estudio del impacto del motociclismo off road, elaborado por el prestigioso Doctor Martín Boada, que demuestra que es incluso inferior a otras actividades humanas, parece que no ha sido leído o se llena de polvo en las mesas de quienes debieran legislar con inteligencia y eficacia si lo que quieren es proteger el medio ambiente.
La noticia de que la trialera de Navalespino, poco menos que mítica entre los endureros de la zona centro y por donde han pasado también pilotos del nacional, mundial e incluso los lejanos ISDE de los años 70 va a desaparecer, es una prueba de ello.
Deberían tratarnos como aliados y colaboradores para la protección del medio ambiente. Podemos colaborar y gratis en múltiples tareas, desde vigilancia, tareas contra incendios, búsqueda de desaparecidos y muchas otras funciones.
La Comunidad de Madrid ha decidido meterle las excavadoras y convertirla en un camino de 4 metros de ancho para que multitud de visitantes puedan pasear por la zona sin obstáculos. ¿Cómo se digiere esto? En un alarde de integrismo ecologista nos prohíben todo y mientras tanto degradan, arrasan y remueven cielo y tierra donde les parece, sin importarles una zona que lleva muchos años en el mismo estado.
Es sorprendente lo que se puede encontrar uno en medio del campo. Si en vez de perseguirnos nos emplearan como colaboradores podríamos ayudar mucho a solucionar los problemas medioambientales.
Imaginamos además que destinarán un importante presupuesto anual a la limpieza de todos los desechos de los “ecológicos paseantes”, tal y como hacen con la Pedriza.
Suerte parecida han sufrido muchas preciosas sendas llenas de árboles, convertidas a golpe de excavadora en anchos y despejados caminos, cuyo valor ecológico es nulo.
En estos días la mayor de las amenazas se cierne sobre los endureros de la zona centro. La puesta en marcha del Parque Nacional del Guadarrama nos situará mucho más fuera de la ley de lo que ya lo estamos. Poco importa que esté salpicado de urbanizaciones, estaciones de esquí, todo tipo de instalaciones industriales, que muchos de sus ríos vayan contaminados por causas conocidas; el citado parque significa un gran presupuesto para gastar a su antojo.
Disponer de más fondos y además ponerse “la medalla” a sus esfuerzos ecológicos pueden otorgar una gran rentabilidad en votos. El precio político es muy bajo, pues los aficionados al enduro y al trial representamos un coste despreciable.
Mientras tanto, en las fábricas de motos en nuestro país persiste la incertidumbre del empleo, las que lo conservan, claro. Muchos talleres y concesionarios han cerrado sus puertas y por tanto miles de puestos de trabajo, directos e indirectos, están en peligro, además de nuestra afición deportiva.
Ahí sí que les duele a nuestros políticos. Millones de euros de impuestos directos e indirectos que dejan de recaudarse, a parte de los puestos de trabajo y el coste social que conlleva. Señores diputados, consejeros de Medio Ambiente, Industria y Economía: creemos que nuestro problema debe ser escuchado, ya no sólo atañe a Medio Ambiente, sino que implica o deberá hacerlo a muchos otros ministerios y consejerías.
Dejen de tratarnos como delincuentes a los deportistas del motor. Incluso, si fueran un poco listos, deberían tratarnos como aliados y colaboradores para la protección del medio ambiente. Podemos colaborar y gratis en múltiples tareas, desde vigilancia, tareas contra incendios, búsqueda de desaparecidos y muchas otras funciones que ya se han realizado con éxito más veces. Sólo necesitamos buena voluntad por su parte y que si desconocen el medio que dicen defender, que se dejen asesorar por los ingenieros y técnicos que tienen en sus plantillas.
De momento nosotros, ante una mano levantada que nos da el alto de modo absurdo e injusto, responderemos tendiendo la mano para colaborar en lo que haga falta.
¿Para cuando una Licencia Verde?
