Este año el Mundial de Superbikes ha sufrido dos bajas en el calendario debido a la cancelación de las citas de Moscú y Sudáfrica , la primera por los conflictos bélicos que azotan la zona y la segunda al no obtener el circuito la homologación necesaria. Precisamente ha sido la caída de cartel de la segunda prueba la que ha hecho que tanto la FIM como Dorna movieran sus cartas en busca de una solución que pudiera poner en juego más puntos de los habituales.
Tras buscar alternativas e incluso barajar la posibilidad de disputar tres carreras en las tres citas restantes, una el sábado tras la Superpole y las dos habituales el domingo, finalmente no se llevará a cabo ninguna medida extraordinaria, quedando por disputar únicamente las tres citas programadas con un total de 6 carreras (2 por fin de semana) y sus respectivos 150 puntos.
El motivo para no tener más carreras dentro del fin de semana y tampoco optar por otras soluciones, como aumentar el número de puntos en juego, ha sido la falta de consenso entre los equipos, cuya unanimidad era vital a la hora de tomar una decisión.
Tras este desenlace, Tom Sykes tiene más cerca su segundo título consecutivo y podría proclamarse campeón incluso en Jerez si se cumplen las circunstancias necesarias. Si no tendrá que esperar hasta la carrera de Magny Cours en Francia o al cierre de la temporada en Losail (Qatar).