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¿Es difícil aprender a cambiar las marchas de la moto con el pie?

Fotos: M. Méndez
Nuestro amigo Santi siempre ha conducido una Vespa con cambio de marchas en la mano. Ahora se plantea pasar a una moto con la palanca de cambios en el pie y nos pregunta sobre la dificultad del mismo.

Aunque a día de hoy lo habitual es encontrarse las motos con el cambio de marchas en el pie izquierdo, no siempre ha sido así. De hecho, antaño existían motos que llevaban la palanca de cambio similar a la de un coche y había que soltar la mano del manillar para poder hacer los cambios. También hubo modelos que al introducir el cambio en el pie optaron por el derecho en lugar del izquierdo y, por último, nos encontramos casos como el de las míticas Vespa en las que no existe palanca de cambio, si no que el cambio se encuentra en el manillar izquierdo, el mismo del embrague.

Como es normal, plantearse el cambio de un tipo a otro de moto, con sus respectivo cambio, nos puede generar dudas. Pero la realidad es que todo es cuestión de aprendizaje y automatización del proceso. De hecho, para la mayoría de los usuarios que nunca han cogido una Vespa (hace años que dejaron de verse en las autoescuelas) el desafío parece mayor al pasar de coger el embrague con la mano y cambiar con el pie a tener que hacer todo a la vez con la mano.

Dicho esto, realizar el cambio con el pie, es realmente sencillo. Para aquellos que no hayáis cogido nunca una moto de marchas con el cambio en el pie, por norma general, desde punto muerto, la primera marcha la encontraréis pisando. Con ella engranada desaparecerá la N de vuestro panel y podréis soltar el embrague con cautela para comenzar a andar. Luego, una vez en marcha, cada vez que necesitéis subir, hay que tirar con el pie para arriba y para reducir, volver a pisar. Ojo, siempre de uno en uno, es decir, coges embrague, bajas marcha, lo sueltas, aminoras la velocidad y si es necesario bajas otra. Nunca hay que coger el embrague, bajar tres marchas y soltar, porque la rueda trasera podría bloquearse y la caída estará prácticamente asegurada.

Igualmente, lo más aconsejable es practicar en un lugar sin tráfico, en el que cojamos el hilo a la situación. Eso sí, no hay que preocuparse si en los primeros días nos da por “retorcer” el mango para cambiar marchas, hacerlo de manera autónoma y sin pensar, lo mismo lleva un poco más de tiempo.

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