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Es hora de ir cortando el césped

Desde hace más de veinte años la seguridad en los circuitos de velocidad ha ido mejorando hasta el punto de ser altamente seguros. Sin embargo la última remesas de mejoras han sido pensadas en exclusiva para la "exigente" F1 dejando de lado las necesidades reales de MotoGP y el resto de competiciones de 2 ruedas.

El pasado GP, el de Aragón, estuvo marcado por innumerables caídas en las carreras del domingo. Las hubo en todas las categorías, aunque las que más llamaron la atención por lo espectaculares de las mismas y por pertenecer a la categoría de MotoGP, para que vamos a negarlo, fueron las de Valentino Rossi y Andrea Iannone. Lo curioso de estas dos caídas es que ambas tienen un denominador común, la hierba artificial, también conocida como astro turf, en el caso de Iannone perdió el control de su moto al pisarlo y ya no pudo recuperarlo en la hierba, esta natural, que estaba empapada. En realidad este astro turf no es más que un derivado del petróleo, plástico para entendernos, que en forma de alfombra peluda se pone en los bordes de las pistas y al final de los pianos, especialmente cuando las escapatorias están asfaltadas.

Cualquiera que haya pasado por encima de una de estas partes verdes del circuito, pensadas únicamente para que los coches no ganen tiempo, ha podido darse cuenta del nulo agarre que tienen. La sensación encima de una moto es mala, muy mala y eso si, un servidor lo ha comprobado en seco, si encima esa parte está mojada o húmeda toca prepararse, que las papeletas de que acabes contra el suelo son elevadas.

Es en ese punto cuando Dorna y FIM deben actuar, como parece ser que están haciendo. Al fin y al cabo se trata, al igual que la mayoría de “mejoras” que han incluido los circuitos en la última década, de obras realizadas mirando únicamente a los coches y más especialmente a la exigente F1. Para que no se rompiesen los bajos y se quedasen “empazados” cambiaron la grava por asfalto, como vieron que ganaban tiempo el exterior de las curvas se forró de césped artifial, que en muchas ocasiones se desprende y por si esto fuera poco, el interior de los pianos, para que los coches no recorten las curvas por dentro, se les puso un bordillo descomunal.

En definitiva, parece que no solamente las carreteras estén pensadas para los coches obviando nuestras necesidades, es que los circuitos también. Y no hay que olvidar que quien va encima de la moto es igualmente frágil, independientemente del entorno. El tema del “astro turf” viene siendo controvertido desde hace tiempo, de hecho tras el desgraciado accidente que le costó la vida a Tomizawa ya se habló de ello. Ahora, cuatro años después seguimos en una situación parecida, aunque los accidentes del pasado GP parecen haber agitando conciencias y es que ver a Il Doctore incapaz de controlar y frenar su M1 mientras que el muro estaba cada vez más cerca da la impresión que ha asustado a quienes rigen el presente y futuro de MotoGP.

Veremos si realmente la FIM, la Safety Commission, el IRTA y Dorna suman sus fuerzas y pueden exigir a los circuitos que “vayan cortando el césped artificial” y si de paso el resto de mortales nos beneficiamos de ello, mejor que mejor.

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