Desgraciadamente no es habitual ver a los gobiernos apostar de manera clara y contundente por las energías renovables. En un momento en el que la flota de vehículos eléctricos continúa aumentando, a la par que la población y su necesidad energética también, las antiguas maneras de obtener electricidad se van quedado arcaicas y desfasadas. Por este motivo, mientras algunos intentan alargar la vida útil de las obsoletas centrales nucleares creadas hace medio siglo, el Gobierno de Francia está dispuesto a llevar a cabo una apuesta tan arriesgada como innovadora que consiste en convertir 1.000 kilómetros de carretera en granjas solares.
La idea surgió hace ya 5 años y desde entonces, la empresa francesa de construcción de carreteras, Colas, y el Instituto Nacional de Energía Solar han estado trabajando para encontrar el camino que les ha llevado a crear unos paneles solares que van encima del asfalto actual y lo sustituyen. Tras crear el denominado “WattWay” en alusión a los vatios (watt) y al camino (way), el siguiente paso es fabricarlo y colocarlo en los tramos previstos, algo que llevará otros cinco años hasta que haya concluido el proceso completo.
Según los responsables del proyecto, con los 1.000 kilómetros instalados se conseguirá electricidad suficiente para abastecer a 5 millones de franceses, consumo de calefacción a parte. Sin duda parece una medida bastante interesante y en pro de la evolución y de conseguir nuevos recursos energéticos. Además, el “WattWay” cuenta con una mayor capacidad de agarre que los asfaltos empleados en carreteras y soporta el paso de cualquier tipo de vehículo por encima suyo a la par que aguanta sin problemas las inclemencias.
Aún así, voces expertas en el campo de la energía solar opinan que estamos ante un proyecto con unos costes que superan ampliamente los que conllevaría poner granjas de energía solar convencionales. También apuntan a que el sistema más eficiente para auto-abastecer a tanta población pasa por la instalación de placas fotovoltáicas en los tejados de las casas mejor que en las carreteras, que no tendrán tanto aprovechamiento de las horas de sol.
En cualquier caso no deja de resultar un proyecto interesante en el que un gobierno busca alternativas ecológicas y públicas al problema de la generación de electricidad, dando un paso que podría revolucionar el sistema eléctrico vigente si se estableciera en un país con las horas de luz solar que tiene España.
