Excepto el GP de Qatar, las primeras vueltas de las carreras de este año están siendo las más apasionantes. Uno de los motivos es el tipo de conducción que exigen los nuevos compuestos de los neumáticos Bridgestone, con los flancos más duros. A principio de carrera, con el depósito lleno, dificultan la entrada en curva y muchos pilotos se van largo ocupando los puestos intermedios. A medida que se suceden las vueltas, con menos peso y mayor temperatura en los neumáticos, la situación se equilibra y pueden llegar antes al punto máximo de inclinación.
A tenor de lo sucedido en los entrenamientos, la carrera de MotoGP en Le Mans se presumía un calco de lo sucedido en las cuatro anteriores para Marc Márquez. El líder del campeonato, en cambio, mantuvo una estrategia muy diferente a la de Jerez, por ejemplo, mostrándose más conservador al principio. Se sabía ganador y, durante los primeros giros había mucho que perder por lo que se mostró más cauto que en otras ocasiones. Tras los lances de carrera del inicio, la claridad con la que superó a sus rivales hace pensar que siempre tuvo la carrera bajo control.
Sólo tres décimas de diferencia en tres años da que pensar
El hecho es que tanto Jorge como Dani no saben si tienen que competir adecuando su estilo de pilotaje a Márquez o ser ellos mismos apoyándose en sus propias virtudes. El año pasado demostraron que son capaces de batir a Marc en cualquier circunstancia, ¿por qué no repetirlo este año?
Respecto a la categoría pequeña, donde vimos la carrera más divertida, cabe señalar la mejora en las prestaciones de las Honda en comparación con las motos austriacas. Los nuevos escapes de las motos del Estrella Galicia indicaban hasta qué punto HRC está involucrada en Moto3 para romper la racha de victorias consecutivas de KTM. Sólo Miller pudo evitar la victoria de Honda, haciendo gala de un estilo de pilotaje muy agresivo que rozó la legalidad a la hora de luchar con Efrén para quedar a sólo 0.095 de Álex Rins.