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La indefensión del piloto profesional

Fotos: Equipos
No hace mucho tiempo, un piloto se ganaba su puesto en un equipo a base de buenas actuaciones. Ahora las cosas son muy diferentes y un piloto se gana su puesto en un equipo dependiendo del dinero de sus patrocinadores personales.

Los tiempos de bonanza y gastos elevados financiados cuando las tabaqueras colocaban sus logotipos en los carenados acabaron hace mucho tiempo. Muchos nos aficionamos a este gran deporte en esa época, donde las conversaciones versaban sobre carreras y adelantamientos no sobre crisis, electrónica y como conseguir que el espectáculo vuelva a la categoría reina.

Los que gestionan todo este circo pensaron erróneamente que ese pozo de billetes nunca se secaría, pero el paso del tiempo ha demostrado que estaban en un error. Esto no ha sucedido de un día para otro y los mandamases debían haber visto desde sus posiciones de privilegio lo que se les venía encima, bueno en realidad se nos venía a todos encima.

Cuando la crisis económica mundial, pocas palabras para describir un acontecimiento tan demoledor, nos alcanzó a todos, Dorna se sacó un par de ases de la manga en forma de Moto2 y Moto3. Éxitos basados en la reducción de costes y en la equiparación de la mecánica para todos los pilotos, que nos garantizan carrera tras carrera diversión y espectáculo. En MotoGP se está intentando aplicar una fórmula parecida en forma de CRTs, pero los numerosos intereses hacen que sea más difícil llegar al mismo resultado.

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Visto desde el punto de vista del campeonato, parece que las soluciones aportadas funcionan pero nadie habla de lo que está sucediendo con los pilotos. La reducción de costes ha hecho que muchos equipos accedan al campeonato, el primer año de Moto2 casi 40 pilotos en 26 equipos y para el 2013 en Moto3 el número de solicitudes han sobrepasado las plazas disponibles, pero nadie ha vigilado ni la calidad de los equipos ni la calidad humana de los integrantes de los equipos.

Las cifras hablan, el 80% de los pilotos de las tres categorías no cobra por correr. Pero se va más allá, se estima que entorno al 90% de los pilotos de Moto2 y Moto3 pagan por correr. Sí, no es que no cobren, es que tienen que pagar para hacerlo. Lo de pagar por correr no es nada nuevo pero en un Mundial donde se factura cerca de 250 millones de euros no hay cabida para esta situación.

El procedimiento estándar consiste en que un equipo alquila la moto al mejor postor. Hay ocasiones en que el mejor apostante es el más adecuado para obtener los mejores resultados, pero son solo ocasiones. El dinero es lo que manda a la hora de elegir un piloto u otro, es el factor determinante. Fue Sergio Gadea el que destapó este asunto de cara a la opinión pública a principios de año: «No voy a pagar por jugarme la vida». Le siguió el caso de Kenny Noyes al que bajaron de la Moto2 del equipo de Arguiñano para subir a Ricky Cardús, compañero de piso de un tal Jorge Lorenzo, pocos días antes del comienzo de los test IRTA sin aducir razones deportivas y dejando claro desde el primer momento que fue una cuestión puramente económica.

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Este 2012 está lleno de este tipo de situaciones llegando incluso al esperpento: Anthony West se cae de la lista de inscritos en MotoGP al carecer de un patrocinador personal, su puesto lo ocupa Mattia Passini en el Speed Master al cual le acaban de quitar la montura en favor de Roberto Rolfo. Passini declara: «Me disgusta que un compañero se quede con mi puesto sólo por haber prometido más dinero»., el bueno de Mattia debe tener la memoria muy frágil y no recuerda que él hizo lo mismo con West.

Otro ejemplo de lo que sucede cada fin de semana es que sean los equipos y no los pilotos los que cobran los premios recibidos por los resultados en carrera, dinero que evidentemente se guardan para ellos y no dan al tipo que pilota una moto a 250 km/h. No parece descabellado pensar que Dorna deba tomar cartas en el asunto y reservar un porcentaje del premio para el piloto. O establecer un salario mínimo para las personas encargadas de jugarse la vida en cada carrera porque todos queremos parrillas llenas y disfrutar del espectáculo que los profesionales nos brindan en cada GP. Y por definición, el ser profesional de algo implica ganar dinero con ello y no perderlo.

Ha de ser el propio Mundial el que evite este tipo de sucesos y regule la propia salud ética del espectáculo que están gestionando, especialmente en las categorías de Moto2 y Moto3 donde el número de solicitudes de inscripción supera el número de plazas y puedes controlar a quien das las licencias sin tener las parrillas vacías. Pero la mejor conclusión que os puedo dar es: comprar unas botas y un balón de fútbol a vuestros hij@s, porque aunque os salga un Stoner ¿sois conscientes del dinero que tendréis que poner hasta que llegue a campeón de MotoGP?

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