Wiberg, en su idea de demostrar que su invento era funcional, probó ante el libro Guinnes de los récords que era una moto completamente funcional y la pilotó durante casi once metros. De esta manera, recibió el certificado oficial.
Muy a su pesar, hay que decir que no es una moto demasiado cómoda. Su nombre se inspira en Big Toe, la moto más alta del mundo. También creada por Wiberg, usaba el 5.3 V12 del Jaguar E-Type. Al ser totalmente contraria a la Big Toe, el ingeniero sueco decidió nombrarla simplemente Smalltoe.
Construida a partir de un bloque de aluminio mecanizado, la pequeña Smalltoe posee el mismo tamaño que un brik de leche: 1,1 kilos
La Smalltoe se puede sujetar con las manos o jugar a lanzarla por el aire con los amigos. Su batalla es de solamente 80 milímetros, 8 centímetros de rueda a rueda, y su asiento se sitúa a tan sólo 65 milímetros del suelo. Está alimentada por un pequeño motor de gasolina de 0,3 CV. Se trata de un motor derivado de un coche radiocontrol con una cilindrada de 10 CV.
Carece de neumáticos ya que fue imposible conseguir unas gomas tan diminutas. La moto es arrancada con algún tipo de herramienta y es posible pilotarla de forma no demasiado cómoda. Es necesario llevar dos soportes metálicos en los zapatos que se enganchan a los laterales de la moto.
Con mucho equilibrio y paciencia, esta moto es capaz de arrastrar el peso de una persona a una velocidad punta de 2 km por hora. Quizás no hacen falta ni casco ni espalderas para conducir esta máquina, ya que una caída no llegaría a provocar ni un rasguño.
La dirección es prácticamente inexistente y nunca ha sido pilotada durante más de 11 metros de distancia. Sin duda, constituye un curioso invento.
