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Las mejores motos para el pasajero

Elegir una moto en la que nuestro acompañante viaje cómodo y seguro exige valorar cómo de apropiados son para tal fin los modelos que nos gustan. Este análisis previo evitará que, una vez pasada la novedad, no quiera ni volver a hablar de motos.

Es algo habitual que mientras tú tienes un deseo irrefrenable por entrar en el mundo de las dos ruedas, tu pareja no lo tenga tan claro y tuerza el gesto cuando le hables de lo bien que lo vais a pasar compartiendo esa experiencia de montar a dúo. Puede que nunca haya ido en moto y por desconocimiento le asuste la idea, o puede que sí lo haya hecho y, por una mala experiencia en este sentido, no quiera ni oír hablar de subirse de “paquete”. Sólo de pensar en revivir aquellos horribles momentos, le entra pánico y se cierra en banda. Lo mal o bien que lo pasas las primeras veces que montas en moto son clave para tener una predisposición positiva, o todo lo contrario, hacia posteriores experiencias similares. Sucede que a menudo en estos casos se han dado dos circunstancias clave para que la mala experiencia estuviera asegurada al 100%: subirse en la moto menos apropiada para ir de paquete, con un tipo que además te quiere demostrar que si no está en MotoGP es por falta de patrocinadores… eso puede marcarte.

En el asiento trasero se puede llegar a pasar mucho miedo, ir muy incómodo y tener la sensación de que vas a salir volando, o todo lo contrario

En el asiento trasero se puede pasar mucho miedo, ir muy incómodo y tener la sensación de que vas a salir volando en cualquier momento, o todo lo contrario. De ello depende sobremanera la actitud del piloto y lo considerado y consciente que sea del hecho de que está transportando una preciosa “mercancía”. Pero también de la posición, dimensiones, anchura y calidad del asiento y otros elementos reservados para el pasajero. A veces somos algo egoístas y nos empeñamos en comprarnos motos poco o nada apropiadas para el mínimo disfrute y confort del pasajero cuando sabemos que habitualmente nos va a acompañar en salidas por carretera, o al menos quiere probar qué es eso de ir en moto. Si uno de los requisitos a la hora de elegir un modelo es que nuestro acompañante vaya cómodo, disfrute y siempre esté dispuesto a repetir, hay una serie de aspectos que tenemos que analizar para hacer la mejor compra.

Cuestión de talla y carácter

Un aspecto previo a tener en cuenta es la talla de nuestro pasajero habitual y la nuestra. No hay duda de que las motos de gran turismo (tipo Honda Goldwing o BMW K 1600 GT) y las grandes cruisers (del estilo de las Harley-Davidson Electra Glide) son las que mejor cuidan al pasajero, ofreciéndole un sofá comodísimo, en ocasiones con calefacción, equipo de sonido y una protección frente al aire casi perfecta. Sin embargo, son motos caras, grandes, pesadas y, aunque suelen ser muy bajitas de asiento, si tu talla no es la adecuada o directamente no te gustan o te parecen poco prácticas para otros usos, puede que no sean la mejor opción. Cuanto mayor sea la talla de tu “paquete” más complicado te será encontrar una moto en la que se sienta realmente cómodo fuera de estos dos segmentos o de otros como las maxitrail o sport-turismo, y a la inversa. También influyen otros aspectos sobre el estado de forma, en términos de flexibilidad, de si tiene algún problema de espalda, o incluso de su carácter.

La talla de tu “paquete”, su condición física y su carácter y manera de vivir la moto, influyen tanto como las características de una moto

Así, puede que la postura de una deportiva, con poco espacio, escasa o nula protección y ausencia de asas para el pasajero, sea o pueda ser a priori un auténtico calvario para alguien de talla media o media alta, salvo que sea flexible y además valore especialmente tener sensaciones fuertes. Pero por lo general, las deportivas no son las mejores anfitrionas aunque sorprende encontrar pasajeros habituales que disfrutan en ellas porque les acerca más a las sensaciones que tenemos al pilotar. Para gustos, los colores. En suma, que una moto sea mejor o peor para el pasajero depende de muchos factores, incluidos como decimos su carácter y condición física, en la que nosotros no podemos ayudarte. En el resto, en esos detalles que pueden hacerte inclinar la balanza hacia uno u otro modelo con el que disfrutar a dúo, sí que podemos echarte una mano. Veamos los puntos clave que pueden ayudarte a decidir.

Altura del asiento

Está claro que un elemento importante es la altura del asiento. Cómo de fácil o trabajoso es acceder a éste y a qué altura respecto al piloto queda colocado una vez sentado. Como decíamos en el artículo sobre conducir con pasajero, un aspecto que influye en el confort de marcha es la exposición o no al viento frontal y lo separado o solidario que pueda ir respecto al conductor.

Un aspecto que influye en el confort es la exposición al viento y lo solidario que puedas ir respecto a moto y piloto

Un asiento situado muy alto acrecienta la sensación de inseguridad en alguien poco habituado a montar en moto y lo expondrá especialmente al viento, lo que acabará cansándole antes por el mayor esfuerzo que tendrá que hacer para contrarrestarlo y por el aturdimiento que produce el ruido del viento dentro del casco. Usar tapones para los oídos, o colocar a nuestra moto una cúpula frontal más alta ayuda, pero puede no eliminar totalmente el problema.

Anchura del asiento

A veces un amplio asiento de generosas dimensiones no garantiza la comodidad. No nos referimos a los sofás de las grandes turísticas y custom, sino más bien en algunos de los de los scooter de mayor cilindradas. Este tipo de scooters a menudo son muy anchos y aunque suelen tener asientos aparentemente confortables por ello, e incluso dotados de soporte lumbar, en ciertos modelos esa anchura trasera obliga al pasajero a ir con las piernas excesivamente abiertas. En casos extremos (scooter especialmente ancho, pasajero especialmente bajito) puede que ni llegue a las plataformas o estribos. También es algo que ocurre con algunos ATV grandes. Esta circunstancia hace que todo su peso recaiga sobre el culo en lugar de ir repartido entre pies y trasero, y su estabilidad hacia delante y atrás será menor, precisando sí o sí, unas buenas asas y/o un respaldo. Aún así, el hecho de llevar las piernas excesivamente abiertas hará que sus caderas se resientan.

Forma del asiento

Algunos modelos en los que la estética es un componente importante como pueden ser las custom e incluso alguna deportiva de hace algunos años (Suzuki GSX-R se finales de los 90 o las Aprilia RS 125 de aquella época, por poner unos ejemplos) incluyen asientos traseros de formas poco apropiadas. En general, un asiento que vaya descendiendo siguiendo la curvatura de la rueda trasera no es un buen aliado del pasajero pues uno de los mayores riesgos es que lo “perdamos” al acelerar, máxime si lo pillamos distraído.

Asas para el pasajero

Antiestéticas en muchos casos y todo lo que tú quieras, pero son una de las claves para la correcta posición del pasajero sobre la moto. Su tamaño y ubicación determinan en gran medida el confort y seguridad de nuestro acompañante. Que sean grandes, o al menos lo suficiente para poderlas agarrar firmemente incluso con guantes de invierno es importante, pero no suficiente. Dependiendo del tipo de moto, de la posición de los estribos, de la altura y anchura del asiento y en suma, de la postura que el modelo en cuestión determine, necesitarás más o menos unas buenas asas que te sirvan para compensar las oscilaciones de tu peso hacia adelante y hacia atrás al frenar o acelerar. Algunos modelos, por concesiones al diseño, prescinden de ellas o las disimulan en forma de ranuras bajo el colín, y esta solución ingeniosa puede ofrecer buen agarre para no irte hacia delante, pero no ser suficiente para lo contrario.

Incluso más que de su tamaño, la correcta ubicación de las asas es determinante para sostenernos al acelerar y frenar

¿Por qué? Pues porque además de su tamaño, el lugar en el que estén colocadas influye y mucho. De la típica cinta que atraviesa de lado a lado el mini asiento de muchas deportivas y sport-turismo mejor ni hablamos. Situada como está, ligeramente y solo ligeramente por delante de tu principal punto de apoyo, tus posaderas, no ofrece ni de lejos un agarre fiable ni en aceleración ni en frenada. Por si solo no puede ser considerado un asidero suficiente. Por todos estos motivos, lo mejor es subirse a nuestra candidata, colocarse en posición y valorar si en esa postura y con el tamaño y ubicación de las asas, seríamos capaces de hacer la fuerza necesaria para contrarrestar las aceleraciones y frenadas. De nuevo tus propias dimensiones y tu estado de forma vuelven a influir en parte.

Tapizado

Dos palabras son clave en este apartado: antideslizante y mullido. Lo primero suele estar garantizado, y además depende en muchos casos del material del pantalón que vistas en moto y su interacción con el tapizado. Lo segundo, no tanto. Una vez más el criterio estético suele jugar en contra del confort del pasajero. Puede que la moto que tengas entre ceja y ceja cumpla con buena nota en el resto de apartados de los que estamos hablando, pero tenga un espumado de solo unos milímetros para no “estropear” la armonía de las formas de la moto. En cierto modo que el asiento de la moto peque de uno de estos dos defectos no es tan grave, o al menos no lo suficiente para que la desestimes por completo ya que ambos se pueden solucionar con un coste no muy alto recurriendo a un tapicero o a un fabricante especializado.

Estribos

La posición de los pies es uno de los vértices del triángulo que, junto con el asiento y el manillar, conforma la postura de conducción. El reparto de nuestro peso sobre estos puntos es importante para ir cómodos y seguros, así que para un pasajero, que además no siempre puede disponer de unas buenas asas como ya hemos visto, la ubicación de sus pies es aún más relevante. A grandes rasgos, evita modelos con los estribos situados muy elevados. Cuanto más altos y adelantados, menos nos servirán para cargar peso sobre ellos y en aceleraciones contundentes se nos levantarán los pies pudiendo incluso caer hacia atrás si no compensamos esa fuerza inclinándonos hacia adelante y ayudándonos de las asas de las que dispongamos.

Puede que al sentarte en posición descubras algún elemento del carenado que te ayude a “agarrarte” a la moto presionando pantorrillas o talones

Las dimensiones de nuestras piernas determinan el ángulo que describirán. Una prueba empírica, de nuevo, es lo más apropiado. Puede que al sentarte en posición de ataque descubras por ejemplo que por tu talla hay algún elemento del carenado que te ayuda a “agarrarte” a la moto haciendo presión con las pantorrillas o usando el tacón de las botas. O la propia colocación de los estribos te permita hacer presión con las piernas sobre las caderas del piloto como explicamos en el artículo sobre Conducción con pasajero. En cualquier caso recuerda que cuanto más flexionadas lleves las rodillas, más rápidamente puede aparecer el cansancio en ellas. Y puestos a pedir, los estribos recubiertos de goma o las estriberas ancladas sobre silent-blocks (gomas al fin y al cabo) son mejores para el pasajero, pues filtran posibles vibraciones mejor que los completamente metálicos.

Respaldo

Disponer de un punto de apoyo más en una zona tan clave como la espalda ni que decir tiene que supone un extra no solo de comodidad, sino de seguridad. Con él, desaparece la necesidad de tener que sostener nuestro peso en aceleraciones y, por ende, la más remota posibilidad de caer hacia atrás. Ahora bien, respaldos y apoyos lumbares hay muchos y no todos son tan confortables como pudiera parecer. La altura es bastante determinante, ya que si bien un mínimo apoyo lumbar contribuye a no irnos hacia atrás, indudablemente mejor es disponer de uno que sostenga mejor la parte alta de la espalda. La mayoría de los baúles traseros o top cases disponen de o hacen las veces de respaldo, al tiempo que los herrajes que presentan para ser anclados a la moto suelen ser buenas asas. Pero no es menos cierto que no todas las motos pueden llevarlos y una vez instalados, suelen dificultar la tarea de montar y desmontar.

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