Más del 80 por ciento de las víctimas mortales en accidente de carretera en España, 913 de los 1.123 fallecidos en 2015, circulaban por una carretera secundaria, de ahí que la DGT se plantee medidas inmediatas para intentar frenar este tipo de accidentes, que en 2015 se han incrementado en casi un 5 por ciento (45 víctimas más), lo que invierte la tendencia de la siniestralidad en su conjunto, que se ha visto reducida en comparación con los datos del año anterior.
Una de las primeras medidas a adoptar será incrementar la presencia de radares en las vías secundarias, incluyendo la instalación de radares de tramo en algunos puntos, una medida que hasta ahora solo se había introducido en algunos tramos concretos de autovía, como determinados túneles.
Se han señalado algunas carreteras concretas que, por su siniestralidad, requieren de una actuación más intensa, como la N-120 a su paso por León, la N-125 (Zaragoza), la N-550 en Santiago de Compostela, la N-525 en Lugo, y las carreteras murcianas RM-332 y RM-603, aunque está por definir el tramo concreto donde se desplegará este tipo de radar.
La DGT apoyó la reducción del límite de velocidad en vías secundarias a 90 km/h, pero esta medida no se pudo hacer efectiva en la última legislatura, y ahora queda en suspenso su aplicación o no, a la espera de que se forme Gobierno y este defina su política respecto a la seguridad vial y las medidas para reforzarla.
Pero no solo van a instalarse radares. La DGT también ha previsto la instalación de cámaras especiales que registran la actividad dentro de un vehículo, permitiendo comprobar si se usa el cinturón de seguridad o si se manipula un teléfono móvil.
Las asociaciones profesionales y los colectivos de víctimas de accidentes de tráfico apoyan las medidas destinadas a reducir la siniestralidad, pero también reclaman a la Administración una mayor inversión en mantenimiento de carreteras, especialmente en las vías secundarias, las más afectadas por los recortes económicos.
