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Motauros 2016: Tordesillas al rojo vivo

Fotos: SMN
Álvaro López
Ese fin de semana se ha celebrado en la localidad vallisoletana de Tordesillas la 16ª edición de la concentración motera invernal de Motauros, justo una semana después de la Fiesta de la Moto de Valladolid y la reunión de Cantalejo. El evento de ha saldado con 14.710 inscritos según los organizadores.

Este fin de semana el tiempo nos ha dado una tregua por tierras castellanas y todos los que se han acercado a una concentración que cada año sube en participantes, han podido disfrutar de una edición sin lluvia.

Lo cierto es que Tordesillas estaba absolutamente abarrotada. Tras varias ediciones en las que la niebla y/o el agua ha acompañado a motoristas y público, ha sido la primera en mucho tiempo en la que sólo se ha tenido que hacer frente al frío habitual de estas tierras en enero. Sin duda las pantallas de los cascos heladas o los asientos de las motos congelados no engañaban, pues hemos vivido noches con el termómetro en negativo.

Ese frío se vio mitigado con el calor de la gente que llenaba todas las calles y por supuesto, como ya es habitual en esta concentración, la Plaza Mayor, un sitio donde año tras año una sinfonía de motores al corte y olor a rueda quemada acompañan a todo el que la visita.

Una programación realmente buena, conciertos todos los días, excursiones y exhibiciones de Stunt a cargo del gran Narcís Roca, precedían al momento más esperado de la concentración que ocurriría como año tras año durante la noche del sábado.

Desfile de antorchas en Motauros 2016

A las 23:30 llegaba el momento estrella con el ya clásico desfile de antorchas. Pirotecnia y una calle abarrotada recibían a los motoristas que portaban antorchas en honor a los moteros caídos en accidentes. Personalmente puedo decir que es uno de los desfiles de antorchas con más magia en cuanto a localización se refiere y es que el cruce del puente de estilo medieval del siglo XV y la subida al lado de la muralla dan un matiz diferente y único a un evento que da paso a los conciertos y la fiesta que cierra la última noche de concentración.

Si bien es cierto que un año más el ruido, los cortes de inyección y algún que otro caballito o quemada de rueda trastocó un poco el espíritu de solemnidad que debe destacar en este tipo de actos, el paseíllo de las numerosísimas motocicletas de todo tipo que participaron dio para rato.

Tras esto sólo quedaba disfrutar de la fiesta que se extendía por todos los rincones de Tordesillas, desde el propio pueblo hasta el lugar de acampada al otro lado del puente, donde se respiraba un gran ambiente.

Un año más Motauros se ha superado, demostrando que es una concentración con una gran personalidad propia, realizada en un marco espectacular y con una población que ya siente como suya esta fiesta y que lo demuestra metro a metro. ¡Nos vemos en Motauros 2016!

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