Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

¿Por qué muchos conductores no ven a los motoristas?

Fotos: Wikipedia
Seguramente alguna vez nos hayamos vistos inmersos en algún susto monumental (y puede que accidente) motivado por un coche que inexplicablemente no nos ha visto en las inmediaciones de un cruce. Posiblemente no es que necesite gafas, sino que de verdad no nos ha visto debido a un efecto óptico que todos sufrimos.

Aunque puede parecernos la típica disculpa que se da como justificación, lo cierto es que un gran número de accidentes en los que se ven implicados un coche y un motorista (también ciclistas y peatones) viene motivado precisamente porque de verdad el conductor del automóvil no se ha percatado de la presencia del otro vehículo.

Esta ceguera la sufrimos todos y se trata de un efecto ocular denominado supresión sacádica o enmascaramiento sacádico debido al cual dejamos de percibir imágenes durante breves lapsos de tiempo cuando nuestra visión va acompañada de movimiento, en este caso de un movimiento de cabeza hacia los lados para comprobar en un cruce que no se acercan otros vehículos.

La supresión sacádica

Cuando movemos nuestro ojo para fijarnos en diferentes puntos de vista, estamos realizando lo que se denominan movimientos sacádicos. Estos pequeños movimientos de una duración entre 20 y 200 milisegundos permiten mejorar la resolución de lo que estamos viendo, aprovechando de una manera más eficaz la parte del ojo que cuenta con la mayor sensibilidad que no es otra que el centro de la retina, donde existe una mayor concentración de conos (células sensibles al color).

El problema surge que durante estos movimientos tan rápidos, la visión que tenemos es mayoritariamente borrosa hasta que el ojo vuelve a quedarse fijo. Podríamos compararlo con estar realizando pequeños movimientos en una cámara de vídeo. De esta forma y con el fin de evitar esas imágenes desenfocadas, aparece lo que se denomina la supresión sacádica mediante la cual, el cerebro ignora la información que de otra forma sería confusa.

La supresión sacádica podemos comprobarla de forma muy sencilla si nos ponemos frente a un espejo e intentamos observarnos los ojos de forma alternativa. Podremos comprobar que en ningún momento seremos capaces de apreciar el movimiento que realizamos con los ojos debido, precisamente, a este efecto que hemos comentado. Sería casi como decir que, al igual que una cámara de vídeo, el ojo no capta la visión de forma continua sino fotograma a fotograma y construye, artificialmente, lo que le falta para dar la sensación de que es algo continuo. Es capaz de engañarnos ocultando la información que él mismo ha desestimado.

Accidente de moto

Si esto lo llevamos al caso que nos ocupa, además de los movimientos sacádicos que realizamos con el ojo, tenemos el añadido de que estamos moviendo la cabeza de un lado a otro. De esta forma, estaremos perdiendo durante ciertos instantes la visión mientras el ojo va captando escena tras escena. Es como si un compañero nuestro mirase por la ventanilla de un tren en marcha. Si nos fijamos en sus ojos veremos que hacen un movimiento muy rápido de un lado a otro mientras van fijando la escena.

Debido a ello, el cerebro no será capaz de observar en ciertos momentos a un motorista que se acerca debido precisamente a que no recibirá la información desde los ojos. Literalmente no lo habrá visto.

Sin embargo, sí podemos realizar ciertos movimientos para minimizar este efecto y con ello, disminuir enormemente las posibilidades de provocar un accidente. Por supuesto, lo primero que tenemos que hacer es mirar dos veces. También cambiar nuestro punto de visión evita que los ángulos ciegos que crean los pilares de los coches nos enmascaren otros vehículos.

Además y para el enmascaramientos sacádico, debemos evitar mover la cabeza de forma rápida y además hacerlo en como mínimo dividiendo el movimiento en tres partes, es decir, haciendo una pausa en medio. Esto permitirá a nuestra visión periférica captar movimientos (si el centro de la retina es la que capta el color gracias a los conos, la parte exterior es la que capta el movimiento gracias a los bastones) y alertarnos de que existe un peligro en la carretera.

Como motorista o ciclista también debemos poner todo de nuestra mano para hacernos lo más visibles posibles como, por ejemplo, vestirnos con ropas de alta visibilidad y reflectantes que harán que el ojo, de forma inconsciente, se fije en nosotros ya que destacaremos sobre el resto.

El siguiente vídeo, realizado por The Alliance British Drivers nos enseña este fenómeno de una forma muy gráfica y fácil de entender y comprender:

Lo último

Lo más leído