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Prueba Ducati Monster 821: esencia boloñesa

Fotos: Ducati/Milagro
Tras la renovada Diavel y la futura Scrambler, Ducati nos presenta su tercera novedad 2015 tiñendo de rojo la ciudad de Bolonia. La Monster 821 está basada en la 1200, hereda el motor de la Hyperstrada, es limitable para carnet A2 y terminará sustituyendo a la Monster 796.

Poco a poco Ducati va deshojando la margarita de novedades para el año que viene. Hace tres meses os mostrábamos la segunda generación de la Diavel y a principios de mes confirmaban la fabricación de una neo-retro inspirada en la Scrambler de los ’70, pero faltaba algo más. Echábamos de menos una moto lógica, con carácter y tan deportiva como siempre, con la última tecnología de la casa y un diseño inconfundible que gusta a todo el mundo. Sí, la Monster 821 ha llegado.

Para dar con ella, los ingenieros de Ducati han usado la plataforma de la tercera generación Monster, es decir, la 1200 estándar, diferenciándose de ella en los siguientes elementos: basculante de aluminio convencional (3 cm menos de distancia entre ejes), llanta trasera de 5.5” con neumático de 180 mm de ancho, horquilla sin regulación, ausencia de radiador de aceite, desarrollo acortado, 1 cm menos de recorrido en el amortiguador trasero (Sachs), bomba de freno y embrague axial, manillar de acero en vez de aluminio, instrumentación con pantalla LCD en vez de TFT, 23 CV menos (ahora 112 CV) y 3.5 kg de ahorro total (205.5 kg llena). Respecto a la Monster 796 todo ha mejorado: potencia, aceleración, ergonomía, centro de gravedad, frenada, etc.

La 821 ya está en proceso de fabricación y, aunque la gama naked Monster seguirá contando con 6 integrantes hasta final de año, presumiblemente para 2015 la 796 será sustituida por la nueva “monstruosa” de cilindrada media de la casa boloñesa. Tras 22 años de evolución y 300.000 unidades vendidas de este emblemático modelo, la refrigeración líquida, las culatas de 4 válvulas, el control de tracción o los modos de conducción eran ya necesarios en las cilindradas inferiores.

Esencialmente Monster

La primera de las dos jornadas de pruebas programadas por Ducati en “casa” transcurrió por ciudad, dejando la siguiente para darlo todo en carretera. Con 32 Monster 821 rojas circulando en la “porticada” Bolonia, por supuesto, escoltadas por la policía municipal a bordo de sendas Multistrada 620, comprobé el buen rendimiento del motor en Modo Urban, donde la potencia desciende a 75 CV. La inyección Mikuni en conjunción con el buen reglaje del acelerador electrónico otorgan a esta Monster un tacto dulce y amable, ideal para desenvolverte entre el tráfico de la urbe.

Como ya sucede en todas las Ducati “premium”, cada modo de conducción conlleva una respuesta más o menos intrusiva del control de tracción DTC (8 niveles de intervención) y el ABS (3 niveles de funcionamiento). Si aun así no estamos contentos, podemos personalizar cada uno de ellos a nuestro gusto.

Ya en las reviradas carreteras de montaña del sur, tuvimos de todo: lluvia antes de comer y suelo seco después. En condiciones de mojado se hace muy notable el excelente funcionamiento del control de tracción, aún en el nivel 4 del DTC, que sólo entró en funcionamiento (parpadea un icono naranja en la instrumentación) en una curva muy cerrada de segunda y “buscándole las costillas”.

Después de comer y con suelo seco, cambiamos la ruta prevista para endosarnos unos cuantos kilómetros de más y probar hasta dónde puede llegar la “pequeña” Monster en Modo Sport. 112 CV y entrega de potencia instantánea te hacen disfrutar como un enano con un sonido más bronco que con los otros modos.

La parte ciclo se comporta a la perfección, con un “esqueleto 1200” que le viene como anillo al dedo. El esquema de chasis tubular con motor autoportante se está mostrando como una solución muy válida, además de diferenciarse de la competencia.

Bien es cierto que las pinzas delanteras Brembo M4-32 tienen un tacto un poco brusco al primer toque, para luego frenar con contundencia y progresivamente, algo a lo que deberás acostumbrarte para enlazar los rápidos cambios de dirección. Los talones de las botas siguen rozando en el anclaje de las estriberas del pasajero cuando llevas las puntas de los pies en los estribos “en posición de ataque” y el freno trasero podría “morder” más fuerte.

Valoración final

Sinceramente, la Monster 821 me ha gustado más que la 1200. Te diviertes mucho, es más ágil y fácil de conducir, mantiene inalteradas sus señas de identidad y, sobre todo, tiene un carácter más dócil y aprovechable que su hermana mayor. Por 10.490 € tienes la sugerente versión Dark en negro mate y sin tapa de colín, ahorrándote 500 € respecto a las versiones en rojo o blanco mate con colín.

Con la Monster 821 tienes mayor sensación de control que con la 1200, una moto “muy seria” no apta para todos los públicos. Por otro lado, además de ágil es estable, sin llegar al extremo de una Hyperstrada, pero con un compromiso excepcional. Esta nueva cilindrada suponde tres pasos más en la evolución de la 796 y uno menos respecto a la 1200.

La Monster mediana, además, cuenta con asiento regulable en altura (entre 78.5 y 81 cm al suelo), ampliando así el rango de estaturas de sus posibles usuarios. Como es lógico en una marca tan deportiva como Ducati, la Monster 821 cuenta con el consabido catálogo de accesorios racing-touring entre los que destacan los silenciosos Termignoni de carbono, las estriberas de aluminio, las maletas laterales o la bolsa sobredepósito GIVI.

Lo mejor:

  • Rendimiento motor
  • Equipamiento de serie (triple modo de conducción y Safety Pack)
  • Agilidad
  • Sonido

Mejoraríamos:

  • Horquilla Kayaba no regulable
  • No tiene indicador de marcha engranada
  • Potencia freno trasero

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