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Prueba Kawasaki Z800: líder con fundamento

Fotos: Javier Ortega
Se la esperaba con impaciencia y no ha defraudado a nadie. Más streetfighter en apariencia, ha mejorado en todo lo que era mejorable la anterior Z750 dinámicamente. La Z sigue haciendo historia.

Puede que para muchos la historia de la Z sea relativamente reciente, como si sólo se tratara de una naked deportiva (en referencia a la Z750) de mucho éxito que dentro de poco va a cumplir una década. Pero no, la historia de la Kawasaki Z viene de mucho más lejos. Pero centrémonos en la moto que nos ocupa, que no es otra que la última de la saga presentada por la firma de Akashi: la Z800. Y si este lanzamiento es especialmente importante es por el éxito cosechado por su antecesora la Z750, durante varios años la moto más vendida del mercado en España. Años en los que el mercado de las dos ruedas alcanzó cifras récord aquí y en el resto de Europa. Sí, justo antes de la crisis.

La Z750 reinó durante años sin variar el modelo y con tres virtudes muy claras: era una naked potente, con una estética deportiva que gustaba y a un precio moderado. Esa fue la receta de su éxito y esa ha sido la línea a seguir en su evolución Z800. Pero ¿cómo variar y mejorar lo que tan bien funciona? No es fácil, pero se ha conseguido, incluso se ha mejorado en aspectos clave de su comportamiento dinámico, en mi opinión la clave de esta nueva versión.

Supongo que no hace falta hablar mucho de su estética, sólo tienes que echar un vistazo al vídeo y las fotos para ver que todos los plásticos de la moto han cambiado. Desde el faro, rasgo imprescindible que marca el carácter de toda naked, hasta las ópticas traseras que, por cierto, se han solucionado de una forma muy especial. La cilindrada sube a 806 cc, la potencia a 113 CV (que nadie con el carné A2 se asuste: es limitable), estrena suspensiones y frenos, se han retocado ciertos aspectos de la ergonomía y, como era de esperar, ha subido de precio: 8.900 euros. No es el chollo de los “siete mil y poco” de la Z750 primigenia, pero entra dentro de lo razonable.

Más eficaz

A la Z800 se le ha dotado de nuevas suspensiones Kayaba, ambas regulables en extensión y precarga. El chasis sigue siendo el de espina superior de acero pero con unos nuevos tirantes laterales que hacen el conjunto más compacto y rígido. En resumen se puede decir que el comportamiento dinámico ha mejorado notablemente, algo que se nota sobre todo en el paso por curva, donde se muestra estable y precisa. Se ha solucionado por tanto uno de los puntos que más conflictivos de la anterior Z750.

La Z800 es una moto tremendamente divertida en carreteras de curvas.CEV: la Z800 Cup.

Se ha usado la base del tetracilíndrico de la Z750 sólo que con retoques como los pistones de mayor diámetro aunque más ligeros y la electrónica revisada. Tiene el tacto de siempre, todo suavidad y dulzura con total ausencia de vibraciones y ese zumbido que encandila. El larguísimo tacómetro permite ir a un ritmo tranquilo sin subirlo de vueltas y conteniendo el consumo o bien explorar su lado más salvaje llevando la aguja cerca de la zona roja, aunque no hace falta llegar tan lejos para pasar un buen rato en carretera. Pero sin duda el cambio que más se ha notado es el haber acortado el desarrollo con dos dientes más de corona, lo que le proporciona mejores bajos y subir más rápido de vueltas al enroscar el puño derecho.

Detalles

Las geometrías han variado ligeramente, el asiento es un poco más alto, el basculante más largo y el avance 5 mm inferior, entre otros cambios. Algo no demasiado significativo en marcha, al menos no tanto como el cambio de manillar por uno más bajo y ancho, lo que varía ligeramente la posición de conducción con el cuerpo un poco más echado hacia delante. La postura es más “al ataque” pero también cargas más peso en las muñecas al frenar, un hándicap por ejemplo en ciudad. El nuevo asiento, tapizado con un sinfín de zetas, al principio da la sensación de que no va a ser cómodo, pero el paso de los kilómetros hacen ver la realidad: es sencillamente perfecto para una naked. El ABS es opcional (por 600 euros más) y en cuanto a su funcionamiento, ninguna pega. Detalles todos, como ves, que se agradecen.

El faro de la Z800 es uno de sus rasgos estéticos más personales.ABS

  • Limitable para el carné A2
  • Mejoraríamos

    • Menos peso
    • Precio más ajustado
    • Altura del asiento

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