Desde siempre se ha considerado a la KTM 250 EXC una de las mejores enduro de dos tiempos. Pilotos y aficionados de todo el mundo la han convertido en su compañera favorita. En las carreras o en las salidas endureras con los amigos. La adopción, por fin, de una sexta marcha y nuevos retoques en el grupo termodinámico le proporcionan un mejor aprovechamiento del motor en toda la gama. Por si fuera poco el arranque eléctrico de serie le da al toque definitivo para brillar con más fuerza de nunca. Estamos pues ante una enduro ganadora.
Cuando todavía hace bien poco muchos daban al ciclo de dos tiempos una vida efímera, los fabricantes europeos han seguido apostando por él y con éxito. KTM ha sido uno de ellos, evolucionando una enduro que siempre ha destacado por su ligereza, agilidad y prestaciones como señas de identidad.
En la parte estética, después de la vuelta el año pasado al color naranja, se mantiene este color, mucho más del agrado de la mayoría frene al negro que invadió los plásticos de los modelos 2008 y 2009. El conjunto de una pieza de guardabarros trasero y placas portanúmeros son ahora en plástico blanco.
Un diseño con sello de identidad propio.
Los nuevos adhesivos de dan un aire más moderno y ágil a nuestra protagonista, ayudados por el depósito traslúcido ya visto en las versiones Six Days que nos dejará ver el nivel de gasolina.
Incorpora este año los imprescindibles paramanos y el protector del manillar, detalles que siempre incorporan los usuarios y que por fin vienen de serie en las KTM.
Tallando el motor
Para el 2011 se ha trabajado a fondo en el motor, cambiando el cilindro, pistón y nuevos reglajes de carburación, todo ello tapado por un nuevo silencioso, más largo y efectivo, que viene sujeto por una pieza de material plástico de alta resistencia.
Como consecuencia de ello y siguiendo las tendencias del enduro actual, se consigue un propulsor mucho más dosificable, con más bajos y medios, lo que permite abrir gas antes y con un mayor control sobre el mismo, resultando pues mucho más efectivo, sobre todo en firmes deslizantes y resbaladizos, tan frecuentes en el enduro.
Manejable pero rebelde como para disfrutarla a fondo.
Aunque la cifra de potencia final ha bajado hasta los 43 CV (antes casi 47), lo cierto es que la nueva EXC resulta mucho más rápida y controlable. Sea cual sea el nivel de los pilotos resulta más fácil arañar segundos al crono y controlar la moto en las más complicadas trialeras.
Más de uno que no comulgaba con los dos tiempos, precisamente por la entrega de potencia más contundente que en las 4T, se sentirá pero que muy a gusto con esta 250. Pero tranquilos, los más crosseros lo tienen fácil para volver a un comportamiento más explosivo, basta regular la válvula de escape y cambiar el conector del encendido para modificar la entrega de potencia, incluso se puede montar el interruptor de Power Parts que ofrece KTM.
De serie y mejor
En cuanto a la parte ciclo, el manillar sigue siendo el conocido Neken, cuya posición puede cambiarse en las tijas para adaptarse a los gustos y dimensiones del piloto. Equipa, como es costumbre en la marca, material White Power. La horquilla de 48 mm. De diámetro de barras, con un recorrido de 300 milímetros y el amortiguador trasero, montado sobre el PDS, cada vez más eficaz, da un recorrido de 335 mm.
Nos decidimos a arrancar, con el cambio que supone en el ritual, tiramos del estárter, pero ahora, en vez de usar la palanca ya tenemos nuestro botón rojo. Ya iba tocando semejante accesorio en las dos tiempos, esperamos que pronto sean copiados por las demás marcas.
Todo un peso ligero dispuesta a dejar ko cualquier dificultad.
La palanca de todos modos a cambiado de forma y tiene un accionamiento más fácil, por suerte, no lo hemos tenido que probar en ningún momento y eso que, solo al principio, nos daba la falsa sensación de que no iba a ser así. Por más que hemos abusado del botón, no ha sido necesaria.
Hay que reconocerlo, por muy bien que arranque las dos tiempos actuales, cuando llevas horas montando y te quedas calado en un lugar comprometido, incluso los más altos tienen problemas para accionar la palanca.
Otro detalle a señalar es que aunque monta motor de arranque y la correspondiente batería el peso sube lo mínimo, la EXC250 arroja ¡solo 103 kg en vacío! por lo que sigue siendo el peso ligero de la categoría.
La seguridad que transmite al piloto es total.
A los pocos minutos, cuando el motor ya ha alcanzado la temperatura ideal, descubrimos un excepcional comportamiento. El nuevo cambio de marchas permite un óptimo aprovechamiento de su potencial, a un nivel superior al de modelos anteriores. Por si fuera poco, la respuesta es más llena y poderosa que antes, sin baches en toda la curva de potencia.
Esto se traduce un comportamiento mucho más eficaz, es el piloto el que manda en todo momento. Ni se nota la apertura de válvula de escape, algo que no se podía ni soñar con los dos tiempos de hace diez años. La moto naranja sale con rapidez de un viraje a otro siendo muy fácil controlar la derrapada para que obedezca con fidelidad nuestros deseos.
Si a ello sumamos un chasis ágil como ninguno y una estabilidad a toda prueba, podremos rodar pero que muy deprisa. Hemos realizado un recorrido con todo tipo de curvas, rápidas, lentas y ratoneras, contraperaltadas y así lo hemos notado. La EXC entra con precisión por donde nosotros queramos.
Sin complicaciones por sus sobresalientes cualidades.
Seguimos nuestro recorrido de pruebas y el terreno comienza a complicarse, aparecen las rocas, subidas complicadas y comprobamos lo que sospechamos en un principio: la EXC250 se encuentra en su salsa. La siempre elogiada agilidad de esta máquina tiene en las mejoras de motor un gran aliado.
Da igual escalones, raíces, piedras atravesadas en lugares inverosímiles, esta KTM te pone las cosas más fáciles, los bajos y medios, como hemos dicho, mejorados respecto a modelos precedentes, la convierten en el arma absoluta. Con sólo pensarlo cambia de dirección, esquiva obstáculos, sube escalones y trepa por donde tú lo desees.
Si a pesar de tu empeño te has equivocado y calas la moto, un pequeño toque y, si lo haces a tiempo, no perderás ni la inercia. De este modo hacer las trialeras resultará menos cansado que con otras motos. Por lo tanto los aficionados al enduro más extremo encontrarán la aliada ideal.
Derrapando hacia el final
De haber tenido más tiempo, hubiéramos trabajado un poco en los reglajes de suspensiones, consiguiendo así un conjunto más perfecto. Tal y como nos fue entregada la unidad, tenían un tarado algo duro para nuestro peso y nivel, eso se notaba en las pequeñas irregularidades y piedras sueltas, pero el trabajo entre ambos trenes resultaba perfecto. Estamos seguros de que con una puesta a punto personalizada será aún más eficaz.
Dócil como para hacer fácil lo difícil.
Después de esta prueba, más de uno pensará que nos la han regalado, nos hubiera encantado, pero me temo que no ha sido así. Desde luego hay que reconocer el acierto pleno de la marca, elaborando una moto para un público mucho más amplio, desde gente con menos experiencia a los que buscan una enduro Ready to Race como dice el slogan de la marca.
