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Prueba KYMCO Miler 125 2017: rueda alta para ellas… y ellos

Fotos: KYMCO
El KYMCO Agility City 125 lleva un tiempo en el mercado y es un gran éxito de ventas. Pero han decidido que tenga un hermano: el KYMCO Miler 125 es un scooter de rueda alta, asequible aunque más lujoso que el Agility City, y orientado al público femenino... aunque con virtudes que podrán aprovechar todos.

Aprovechando el marco del Salón MotOh! de Barcelona, KYMCO nos convocó para presentarnos una novedad absoluta. Cuando apenas habían pasado semanas de la presentación de los renovados Super Dink 125 y 350 nos reencontramos con los responsables de la marca taiwanesa para desvelar su nuevo scooter ciudadano de rueda alta: bienvenido KYMCO Miler 125.

El comunicado previo daba cierta emoción al encuentro, pues insistían en referirse al nuevo Miler como “un scooter para chicas”. ¿Nos encontraríamos con un modelo de diseño y colores extremos? Pues más bien al contrario: el KYMCO Miler 125 es un scooter muy serio, y lo es en todos los sentidos. Es serio porque su diseño no es nada estridente, y es serio porque es un modelo de mecánica y comportamiento de primera fila. Su precio lo coloca, justamente, algo por encima del superventas Agility City: 2.399 euros, que incluyen, como es costumbre en KYMCO, el seguro a terceros con robo, y está disponible en colores blanco, gris plata y un elegante marrón Moka satinado.

KYMCO Miler 125 2017.

Así es el Miler

Con una base similar a la del Agility City, KYMCO ha desarrollado un scooter que consigue ser algo más compacto (todavía) pero con toques de refinamiento superior. El Miler 125 es casi 4 centímetros más corto, y uno de esos centímetros se ahorra en la distancia entre ejes que pasa de los 1.355 mm del Agility de rueda alta a los 1.345 mm del Miler. Pese a ser más compacto, el Miler pesa 3 kg más que el Agility City.

Aunque el nuevo KYMCO es “rueda alta”, sólo lleva llanta de 16 pulgadas en la rueda delantera: la trasera es de 14 pulgadas. Además, la apuesta de KYMCO por la agilidad de su nuevo scooter queda clara en la elección de las medidas de sus neumáticos, más estrechos y de perfil más alto que su hermano Agility. Así, pasamos de la 100/80-16 delantera del City a una 90/90-16 en el Miler, y detrás se bajan dos “tallas” al pasar de la 120/80-16 a una 100/90-14.

Sabemos que suelen gustar las ruedas más anchas, pero aplaudimos esta (valiente) decisión, porque unos neumáticos de 90 o 100 mm de sección son perfectamente suficientes para un scooter 125, y evitar demasiada goma ayuda mucho a hacer la moto más ágil (y más segura cuando llueve mucho, por cierto). El perfil más alto, a su vez, es bienvenido frente a las cada vez más bacheadas calles por las que circulamos. Cada rueda lleva un freno de disco, de diámetro algo inferior a los del Agility City (226 delante por 260, 200 detrás por 240), con sistema hidráulico combinado CBS gracias a la pinza delantera de tres pistones.

Por lo demás, el motor del Miler es de última generación, refrigerado por aire forzado, con inyección electrónica, y por supuesto Euro 4. Pese a ello, han conseguido arrancarle medio caballo más que el del Agility City (9,5 frente a 9 CV) y además con una curva de potencia que ofrece buen par desde bajas vueltas para mejorar la respuesta al gas. Y gastando poco, no pudimos comprobarlo en nuestra primera prueba pero anuncian 2,5 litros a los 100 km.

En cuanto a la carrocería y acabados, el Miler nos ha parecido que está más de un paso por encima del Agility City. No sólo es más clásico, los detalles cromados, más piezas pintadas, las luces… todo corresponde a un escalón superior. Con la llave de contacto abrimos la compuerta para repostar (donde estaría una guantera izquierda) o el asiento, que deja al descubierto un hueco bastante amplio aunque poco profundo en el que sólo caben cascos tipo jet. A cambio, KYMCO regala el capaz y práctico baúl trasero de 33 l., con respaldo incluido (no es así en el Agility, otro detalle de acabado a favor del Miler).

KYMCO Miler 125 2017.

En marcha

La presentación aprovechando el Salón MotOh! de Barcelona nos permitió descubrir en marcha el nuevo KYMCO Miler 125 por el parque de Montjuïc, algunas de cuyas calles como es sabido formaron parte en su día del mítico trazado de carreras. Aunque es un modelo alejado de cualquier pretensión deportiva, el Miler 125 gracias a su rueda delantera de 16 pulgadas y suspensiones bastante firmes (pero no incómodas) permite una conducción decidida y precisa.

Es un scooter muy urbano pero se deja pilotar como una moto y esto es algo importante para muchos compradores. A sus mandos enseguida aprecias lo compacto que es, lo fácil de manejar que se siente. El asiento está a 80 cm del suelo (uno más que el del Agility City) pero es tan estrecho, y la plataforma también, que solamente los (y las) de talla más baja tendrán alguna dificultad para plantar ambos pies con firmeza en el suelo.

KYMCO Miler 125 - instrumentación

La buena noticia es que si estás en el otro extremo, no te sientes para nada “encajonado” a los mandos del KYMCO Miler 125. Con mis 1,83m, no sentí que iba en un scooter tan compacto: el logro ergonómico de los taiwaneses es destacable, porque es muy raro que ni una sola vez me choquen las rodillas con el manillar. El asiento es largo y permite colocarse a gusto, y los mandos son suaves y responden enseguida, con las piñas de mandos bien pensadas: bocina e intermitentes están donde deben, que no siempre es el caso.

Las unidades que probamos estaban apenas rodadas, y además en Montjuïc se mezclan muchas pendientes: es difícil juzgar en esas condiciones cuánto corre el nuevo motor. *Una vez lanzado parecía capaz de superar los 80 km/h sin problema, con un arranque y recuperación mejorables… por otro lado, lo normal en un motor 125 refrigerado por aire con una transmisión más bien conservadora.

KYMCO Miler 125 - hueco

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