Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

Prueba Triumph Street Twin 2016: acceso retro

Fotos: Triumph
Triumph ha puesto toda la carne en el asador con su nueva gama clásica 2016, empezando por nuestra protagonista, una bicilíndrica de 900 cc refrigerada por agua que supone el escalón de acceso a la legendaria familia Bonneville. El "imperio británico" resurge con más fuerza que nunca.

Que las motos/scooters de corte retro están de moda no es nada nuevo y, pese a que a algunos nos encanta que las principales marcas dispongan de monturas con esta filosofía en su catálogo, cabe decir que van dirigidas a una inmensa y selecta minoría. Un público que busca distinguirse con algo que no pase de moda y que pueda adaptarse a su propia personalidad gracias a un ingente catálogo de accesorios. Las cuatro marcas japonesas, Triumph, BMW, Ducati, Guzzi, Harley, Indian, Royal Enfield, Norton, MASH, SYM, Peugeot, Hanway, LML y Daelim ya se han apuntado al carro vintage.

Pero a mi modo de ver, dentro de este segmento tan especializado, no todos los modelos deben meterse dentro del mismo saco, llegando a una clara subdivisión entre neoclásicas (imagen antigua y fabricación contemporánea) y neoretro (moto moderna y diseño con reminiscencias vintage). La Triumph Street Twin y el resto de sus renovadas hermanas 2016 (Bonneville T120/Black y Thruxton/R) pertenecen al primer grupo, junto a la Kawasaki W800, la Moto Guzzi V7 II Stone, la Harley-Davidson Sportster Iron 883 o la Honda CB1100, mientras que otras monturas de última hornada como la Ducati Scrambler, la Yamaha XSR700, la BMW R nineT o la Yamaha XJR1300 estarían en el segundo. Ojo, clásica no quiere decir antigua, ya que como bien está demostrando Triumph, tecnología y estética vintage pueden ir perfectamente de la mano, algo impensable en una montura de este tipo hace poco tiempo. La Triumph Stret Twin bien podía haberse denominado Bonneville T900, pero han querido dotarla de personalidad propia aunque sea tan “Bonnie” como el resto de la familia.

Por otro lado, Triumph “es la que manda” en esto de las clásicas, ya que su Bonneville existe desde 1959: historia y experiencia les avalan. Sólo Royal Enfield y su Bullet, fabricada ininterrumpidamente desde 1932, les hacen sombra, pero ya en el segmento de las neo-clásicas de cilindrada media. Eventos específicos como el Distinguised Gentleman’s Ride, una gama de ropa especial, un catálogo de accesorios casi infinito y multitud de preparadores sonrientes dispuestos a customizar un modelo impulsado por el bicilíndrico inglés son muestras de que Triumph está más viva que nunca en este ámbito. El Salón EICMA 2015 ha sido el escenario para la presentación internacional de la tercera generación de la saga Bonneville y las carreteras valencianas han hecho lo propio durante su presentación dinámica.

Old is New

La Triumph Street Twin 2016 sustituye a la Bonneville básica que conocíamos hasta ahora y, de la anterior gama de modelos Classic, sólo se mantendrá en catálogo la Scrambler. Y es que todo es nuevo en la Street Twin: chasis, suspensiones, motor y, por supuesto, electrónica… El equipamiento es fantástico para una moto de menos de 9.000 € que y, siendo la más básica de las cinco nuevas clásicas de Triumph, hace gala de la misma calidad de acabados y terminación que las T120 y Thruxton, ¡un gustazo! Fíjate en la junta de unión de los colectores con el cilindro, los protectores de aluminio de los cuerpos de inyección, el logotipo de Triumph integrado en el faro delantero o la discreta ubicación del radiador de agua: no han dejado nada al azar.

Así, en su equipamiento de serie destaca el motor bicilíndrico de 900 cc y 8 válvulas SOHC refrigerado por agua (55 CV), las llantas de aleación con un único disco delante y pinza Nissin (las Bonneville emplean radios y doble disco), acelerador electrónico, ABS (no desconectable y firmado por Continental), control de tracción (desconectable), embrague antirrebote o el faro trasero de LED, sin olvidar otros detalles interesantes como las manetas regulables, la toma USB bajo el asiento, la llave de contacto con inmovilizador o el tapón de rosca con cerradura (antiguamente era un accesorio). El dibujo de los neumáticos Pirelli Phantom Sportscomp (los mismos de la Yamaha XSR700, por ejemplo) terminan de dar el toque nostálgico.

Un velocímetro analógico con display integrado preside el manillar y nos muestra marcha engranada, cuentakilómetros total/doble parcial, indicador de mantenimiento, autonomía, nivel de combustible, consumo medio/instantáneo y reloj. La navegación por los diferentes parámetros se realiza desde el “botón i” de la piña izquierda.

Personal y accesible

Las dos primeras cosas que llaman la atención de la Street Twin son su postura a los mandos y el sonido. Es ideal para todas las estaturas y con 75 cm del asiento al suelo no hay problemas para apoyar con los pies si eres de talla S. La parte delantera del asiento es estrecha con lo que no tienes que abrir mucho las piernas mientras que la superficie destinada al conductor es algo más baja que la del pasajero. El manillar es muy cómodo y las estriberas no rozan con el suelo a no ser que lo busques aposta. Por otro lado, el ronroneo del doble escape de acero pulido es una delicia, algo que echaba de menos en la generación anterior y que es de vital importancia en una montura de este tipo.

La aceleración es el siguiente punto a destacar ya que el empuje a bajas vueltas del nuevo motor de agua se deja sentir mucho. Más fuerza que potencia en una moto que gusta ser conducida por debajo de las 5.000 rpm, con recuperaciones de lujo y sin jugar demasiado con su cambio de cinco velocidades. Bajos y medios contundentes y lineales (80 Nm a 3.200 rpm, 18% más que antes) contrastan con una estirada corta y es que, cuando mejor te lo estás pasando, la Street se acaba, indicándote que si quieres “más chicha” tendrás que comprarte la Bonnie T120. En carretera este aspecto es algo más notorio, algo que en ciudad es todo un acierto. Triumph también declara un ajustado consumo, un 36% inferior a la Bonneville 2015.

Rodando por un tramo de curvas de carretera secundaria aprecias el excelente trabajo que ha hecho Trumph con el chasis de la Street Twin: es suficientemente ágil y rápida en los cambios de dirección como para rodar a ritmo de una naked equivalente y el tarado de las suspensiones Kayaba es muy bueno teniendo en cuenta que la horquilla carece de regulación y en los amortiguadores sólo se puede tocar la precarga. Eché de menos algo más de mordiente en el freno delantero pero, te acostumbras rápido a “tirar” sólo de un disco y a apoyarte en el trasero si quieres asegurarte.

Al final, la Street Twin engaña por su imagen clásica pues, realmente, te permite disfrutar de la conducción con la misma seguridad y eficacia que otras motos de estética “futurista”. El embrague anti-rebote te ayudará en reducciones fuertes, algo vital en un motor con tanto par y retención, mientras que el control de tracción (reactivo, sin niveles de intervención) aumentará tu seguridad respondiendo siempre que encuentre una situación de deslizamiento peligroso de la rueda trasera (un chivato naranja parpadea en la instrumentación).

Accesorios

Triumph también ofrece la posibilidad de personalizar nuestra montura gracias a una cuidada y extensa gama de accesorios que incluye más de 150 posibilidades. El objetivo es que cada propietario se cree una motocicleta única: asientos, cúpulas, escapes Vance & Hines, kits de desmontaje del guardabarros trasero, manillares, intermitentes, carteras, estriberas, embellecedores, etc.   Para hacernos una idea del posible resultado final y que nos inspiremos, Triumph nos propone tres packs de accesorios para la Street Twin, dependiendo de nuestros gustos y de la imagen que queramos conseguir: off road, deportiva o urbana. Cualquier accesorio puede adquirirse también por separado:

Kit Scrambler (2.150 €)

  • Escape completo Vance & Hines alto con acabado cepillado (no homologado para vía pública)
  • Kit de desmontaje del guardabarros trasero con faro compacto
  • Asiento acanalado marrón
  • Puños barrel style marrones
  • Intermitentes LED
  • Cubrecárter de aluminio cepillado

Kit Brat Tracker (1.600 €)

  • Silenciosos Vance & Hines con acabado cepillado
  • Kit de desmontaje del guardabarros trasero con faro compacto
  • Asiento acanalado negro
  • Intermitentes LED
  • Puños barrel style negros
  • Cubrecárter de aluminio cepillado

Kit Urban (1.350 €)

  • Manillar de estilo “Ace”
  • Silenciosos Vance & Hines con acabado cepillado
  • Intermitentes LED compactos
  • Cúpula tintada corta
  • Alforja lateral de cuero y algodón encerado

Triumph Street Twin con Kit Scrambler

Valoración final

La nueva Street Twin está disponible en 5 colores: Cranberry Red, Aluminium Silver (ambos con fileteados rojos en las llantas), Matt Black, Phantom Black (cualquiera de los cuatro por 8.950 €) y Jet Black (8.800 €). Al margen de sus enormes posibilidades de accesorización, el sistema de control de la presión de los neumáticos (TPMS) y los puños calefactables se pueden montar opcionalmente.

La Triumph Street Twin me ha dejado buen sabor de boca, una moto minimalista, joven y urbana que representa el equilibrio perfecto entre tradición y modernidad. Actualidad, estilo, carácter y clase son sustantivos que sintonizan bien con esta 900, un modelo que abre una nueva etapa en el segmento neoclásico debido a su dotación electrónica, algo nada habitual en motos de este tipo. El conjunto se ha refinado respecto a su predecesora, su funcionamiento es más suave y destila calidad por todos sus poros. Su facilidad de conducción la hará muy agradable para todos los usuarios.

Lo mejor:

  • Ergonomía
  • Par motor
  • Acabados
  • Sonido

Mejoraríamos:

  • Poca potencia
  • Sólo un disco de freno delante

Lo último

Lo más leído