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Se acaba el invierno, ¿cómo preparo la moto para la primavera?

Fotos: Indian Motorcycles
Aunque llevamos casi un mes de primavera, al invierno le ha costado irse esta año y el frío reaparece puntualmente. Aún así, es el momento en el que muchos sacan del letargo a su moto. Un momento especial en el que hay que tener un buen puñado de cosas en cuenta si no queremos disgustos.

Aunque muchos moteros no dejan de usar la moto por mucho que caigan “chuzos de punta” otros muchos optan por aparcarla en el garaje durante los meses más duros del invierno. Aunque en ese tiempo la moto está “hibernando” la realidad es que el tiempo sigue pasando y hay ciertos aspectos de la moto que debemos revisar y tener en cuenta antes de volver a subirnos en ella. No vale con arrancar y salir andando, porque aunque nuestra moto sea capaz de hacerlo no es ni lo mejor para nuestra máquina ni lo más seguro para nuestra integridad física.

Así pues, son varios los apartados que debemos tener en cuenta:

Neumáticos: Al final, como decimos siempre, es la única parte de la moto que está en contacto con el suelo y hay que prestar especial atención. Primero hay que revisar su estado general, que no hayan aparecido grietas, que no esté cristalizado, que tenga el “dibujo” correspondiente… pero también hay que revisar la presión. Además y aunque en este punto ya no tenga mucho remedio, de cara a próximas ocasiones es aconsejable haber movido la moto para que el peso de esta no descanse siempre en el mismo punto de la rueda, ya que podría deformarla.

Frenos: Aprovechando la inactividad, es un periodo ideal para hacer el cambio de líquido de frenos, ese gran olvidado. Aún así, lo más importante es comprobar que no rezuma el líquido o tiene fugas, porque de ser así nos quedaremos sin presión y no podremos frenar. Si eso está ok, hay que prestar atención a las pastillas, asegurándonos que todavía quedan.

Líquido refrigerante: Antes de arrancar la moto, hay que asegurarse que no haya perdido el líquido de refrigeración. Para ello únicamente hay que abrir el tapón que se encuentra en el radiador y ver que está a nivel. Ojo, muy importante hacerlo antes de arrancar la moto, ni con ella en marcha ni después, porque el circuito coge temperatura y presión y podríamos sufrir serias quemaduras.

Nivel de aceite: Debemos comprobar que el nivel de aceite es el correcto. De llevar menos del necesario, habrá que rellenarlo siempre con el mismo aceite que montamos y cuyas especificaciones deben ser las que recomienda el fabricante. Igualmente, el hecho de que el aceite haya estado sin moverse una temporada hace que se puedan haber depositado sedimentos en el motor, por lo que conviene arrancar la moto al ralentí antes de ponerse a circular con ella. Así el aceite se volverá a mezclar y nos aseguraremos no causar daño a la mecánica. Igualmente, si el periodo de inactividad ha sido mayor, lo ideal es sustituirlo.

Filtro y entradas de aire: Dependiendo del lugar en el que haya estado descansando la moto, podría haberse acumulado suciedad, insectos o hasta pequeños animales. No está demás echarle un vistazo y asegurarse que todo está en orden.

Engrasar y tensar la cadena: Es importante que, en caso de tener una moto con cadena, perdamos unos segundos en mirar si la tensión es la correcta y, especialmente, engrasarla. De esta manera alargaremos la vida útil tanto de la propia cadena como del piñón y la corona.

Revisar las luces: Es uno de los principales defectos que encuentran en las ITV y no cuesta nada revisar que todas funcionan antes de volver a la calle, sobre todo por nuestra seguridad.

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