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Sonic SX: moto volante no identificada

Fotos: Imaginactive
¿Volar en moto? Sí, es posible o al menos así lo piensan Charles Bombardier, Frank Zapata y Aaron Hughes que desde el año pasado están inmersos en el proyecto Sonic. SX. Su meta es conseguir realizar la primera moto voladora cien por cien funcional propulsada mediante turbinas.

Desde los años ’50 y ’60 llevamos soñando con vehículos propulsados por turbinas y que además sean capaces de volar. Más de 60 años después, ni lo uno ni lo otro se ha conseguido democratizar. Seguimos con motores de combustión convencionales y con los neumáticos pegados al asfalto pero eso no quita que algunos soñadores se sigan retando para conseguirlo.

En el 2013 nacía Imaginactive, una organización sin ánimo de lucro y que cuenta con Charles Bombardier (sí, de la marca Bombardier) a la cabeza. Su misión es proyectar e inspirar vehículos alternativos en todos los ámbitos (tierra, mar, aire y espacio).

Tras ver funcionar el Flyboard Air, ese vehículo que es capaz de impulsarse fuera del agua mediante chorros direccionales, se propuso lanzar algo similar pero que fuese capaz de desplazarse por el aire mediante el empuje de turbinas. Y como aplicación directa de ello, una moto que fuese capaz de desplazarse por el aire. Sería lo más parecido a la Motospeeder 74-Z de Star Wars aunque sin cañones.

Nace así la Sonic SX, la que podríamos considerar la primera moto voladora. Y para ello Charles se asocia con Frank Zapata (el ingeniero que diseñó la Flyboard Air) y con Aaron Hughes. De momento el año pasado ya consiguieron hacer volar una plataforma dotada de un sistema de propulsión mediante turbinas.

A partir de ahí han realizado varias exhibiciones en los que se le ha podido ver en acción mientras siguen adelante con el proyecto para que, finalmente, se parezca lo más posible a los bocetos.

La idea final es que la Sonic SX cuente con cuatro turbinas direccionales: dos delante y dos detrás; además de otros dos pequeños propulsores laterales para poder controlar los movimientos hacia los lados. No hay que olvidar tampoco otros elementos que logren estabilizar el vuelo, tales como alerones tanto activos como pasivos.

El hecho de montar turbinas direccionales permitiría prescindir del motor convencional, con lo que habría mayor capacidad de almacenar combustible (algo imprescindible dado el alto consumo de este tipo de propulsores). De hecho el gran problema de los vehículos voladores unipersonales es la escasa autonomía derivada del poco sitio disponible. Si os fijáis, en el vuelo de prueba la mochila es el tanque de combustible. Y sí, da un poco de miedo llevar adosados 20 ó 30 litros de queroseno a la espalda.

Un proyecto curioso pero posiblemente con una aplicación real poco probable. El ejército ya experimentó con vehículos de este tipo hace años y, finalmente, se les dieron carpetazo. De igual forma, algo de este tipo sólo podría utilizarse a modo de recreo en zonas controladas, olvidando que pudieses utilizarlo por la calle dado su dificultad de conducción, peligrosidad….

¿Pero que sería de la humanidad sin locos que van más allá? ¿Cuántos adelantos hemos conseguido a partir de proyectos de este tipo con aplicaciones paralelas? Adelante pues.

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