Suzuki ha unificado sus divisiones de motocicletas y automóviles en España, dentro de un sola compañía, Suzuki Motor Ibérica. De este modo, la plantilla que se dedicaba hasta ahora a la comercialización de motos se integra en la estructura ya existente de automóviles, con el fin de aprovechar las sinergias de la multinacional japonesa y conseguir una notable reducción de costes.
Desde hace unos meses, la división de motos se trasladó desde Gijón, sede histórica de la marca, hasta Madrid, donde ya comparte oficinas con la plantilla de automóviles. Desde el 1 de abril ya funciona la nueva organización, una fecha que coincide con el inicio del año fiscal de la firma nipona. Esta decisión llega un año después de que la compañía finalizara la producción de motocicletas en su fábrica de Gijón, donde se producía el scooter Burgman.
Según el propio comunicado de la firma en España, «esta operación de fusión por absorción tiene como objetivo la mejora de la gestión, mediante la simplificación y racionalización de la estructura jurídica y organizativa del Grupo Suzuki en España, aprovechando sinergias y reduciendo costes operativos».