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Un tipo peligroso

Ayer hubo un suceso en Jerez que casi pasó desapercibido, pero que a mí no me gustaría dejar en el olvido: la penalización impuesto a Karel Hanika por la maniobra realizada contra Juanfran Guevara.

La Dirección de Carrera decidió imponer cinco puntos de penalización a Karel Hanika por embestir intencionadamente a Juanfran Guevara durante la vuelta de honor de la carrera de Moto3. Como consecuencia del accidente, el piloto de Lorca se fracturó la clavícula derecha y deberá ser operado. Fue una respuesta desproporcionada e injustificable del piloto checo, que terminó enrabietado por un lance de carrera en la última vuelta con Guevara.

Quiero pensar que Hanika no deseaba provocar daño alguno a Guevara, pero la intencionalidad de su acción y su actitud posterior, negándose a pedir disculpas al pupilo de Aspar, demuestran una falta de respeto inaceptable en el mundo de las carreras.

Hasta ahora nunca se había aplicado una sanción semejante desde que el sistema del carnet de puntos se impuso. Los cinco puntos de Jerez, sumados a los dos que acumuló el año pasado en Holanda y Gran Bretaña por pilotaje irresponsable, dejan al checo con siete puntos. Es el primer piloto que alcanza semejante puntación en el baremo de infracciones, y tendrá que salir desde el “pit lane” en Le Mans, sea cual sea su resultado en los entrenamientos.

Sé que no es un sistema perfecto, y puede, incluso, que no sea un sistema justo, pero al menos es una forma regulada de poner orden en medio de la vorágine de la competición. Pero creo que hoy se han quedado cortos. Acciones como la de Hanika se merecen todo el peso de la ley, y del mismo modo que le han impuesto cinco puntos, si le hubieran penalizado con ocho no habría pasado nada: así habría alcanzado diez puntos de penalización, y eso le habría supuesto la suspensión en el Gran Premio de Francia. Una carrera a la sombra sería lo mínimo que se merece por su acción.

La sanción impuesta a Karel Hanika se me antoja corta. En 2005 impusieron una carrera de sanción a Jorge Lorenzo por un incidente sin lesiones en la última vuelta.

No es un mero capricho por mi parte, sino que me ciño a la “jurisprudencia” del campeonato: en el Gran Premio de Japón de 2005, una maniobra de Jorge Lorenzo en la última vuelta de la carrera de 250, llevó al suelo a Alex de Angelis. El sanmarinés se levantó y pudo terminar, pero Lorenzo no. La Dirección de Carrera impuso una carrera de suspensión a Lorenzo por su acalorado pilotaje. Si aquella sanción tenía como objetivo templar los ánimos del mallorquín, no cabe duda que lo consiguió, porque después de aquello, el temperamental y agresivo Lorenzo no volvió a tener conflictos similares. Y, no olvidemos, aquello fue un lance de carrera entre Lorenzo, De Angelis y Pedrosa, que pugnaban por la segunda posición.

Lo de Hanika ha sido con premeditación y alevosía, sin atenuantes, con la carrera terminada, doscientos metros después de recibir la bandera de cuadros. Por eso digo que me parecen poco cinco puntos. Barato le ha salido a Hanika la maniobra. Es un tipo peligroso que merece quedarse un ratito en el rincón de pensar, como los niños chicos. La diferencia es que los niños carecen de la malicia que el checo ha demostrado con su comportamiento.

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