De igual manera que se dice que “no sólo de pan vive el hombre”, lo cierto es que Piaggio tampoco ha vivido “sesenta y tantos” años a base de Vespa, sino que con los años se han perfilado como una marca con una amplia y variada gama de scooters. Y como no podía ser menos, durante estos últimos años, los scooters GT son para cualquier marca que se mueva en este mercado uno de los segmentos más importantes. Y no sólo por sus ventas o por sus precios si no que además sirven de escaparate tecnológico y muestra de lo que sus diseñadores saben hacer.
Si echamos la vista atrás, en el caso del gigante italiano de los scooters veremos nombres “casi” míticos ya. Desde mediados de los 90, cuando se puede considerar prácticamente que se inventó esto del maxiscooter moderno, Piaggio estuvo ahí. Hexagon con motor 2T, sustituido por el SuperHexagon, ya en 4T; X9, X8, X-Evo… más de 400.000 unidades de scooters llevan fabricados en Piaggio bajo todas estas denominaciones. Hexagon y X9 fueron además grandes éxitos de ventas. Scooters que en su momento aunaron la más avanzada tecnología de la marca con líneas novedosas. X8 y X-Evo, continuaron la “senda” que se había iniciado con los anteriores y aunque no lograron las cifras de ventas de sus antecesores, también se encontraron con un mercado más competido y con más marcas “en liza”.
El X10 supone, en cierta forma, una ruptura con las gamas anteriores. Más GT que nunca, más maxiscooter si cabe que sus antecesores, es un scooter de líneas elegantes, suaves y redondeadas que mezcla estilos clásico y futurista en una carrocería original y que no deja indiferente. No se parece a ningún scooter anterior ni actual, pero desde luego, es llamativo sin ser ni mucho menos ostentoso.
