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El fin de los vehículos de combustión ya tiene fecha: 2035

El Parlamento Europeo así lo ha aprobado en votación
Una nueva votación del Parlamento Europeo ha dado como resultado que en 13 años quedará prohibida la venta de todos los vehículos que no sean cero emisiones.

2035 es un año que está marcado en las agendas políticas de muchos países e, incluso, muchas regiones o en el caso de España algunas Comunidades Autónomas. Ya sabíamos que a partir de entonces Reino Unido prohibiría la venta de nuevos coches de gasolina (motos no) o que Baleares no permitiría entrar a vehículos con motores que quemasen hidrocarburos. Ahora este año pasa a ser también el límite que ha fijado la Unión Europea de cara a la venta de nuevos vehículos que no sean “cero emisiones”.

Después de una votación en Bruselas, la venta de nuevos vehículos a partir de 2035 quedará únicamente permitida para aquellos que sean “cero emisiones”. Esto implica que solo los vehículos eléctricos o los que empleen combustibles alternativos como el hidrógeno podrán estar a la venta. Ahora, tras la votación en el pleno del Parlamento Europeo toca que el Consejo Europeo finalice los textos legales redactando así la normativa.

Solo se podrán vender vehículos cero

Será entonces cuando los ministros de medioambiente de los países miembros ratifiquen con su firma el acuerdo. Se espera que esto suceda antes de final del presente mes de junio, concretamente el día 28. Eso sí, a falta de conocer los detalles parece que las motos han quedado a un lado, ya que al parecer la legislación solamente afectará a los coches. Aun así no hay que perder de vista que podría cambiarse en cualquier momento y que, en cualquier caso, en 2050 la Unión Europea pretende alcanzar la neutralidad de carbono.

De igual manera nos falta conocer si los biocombustibles de “carbono neutro” tendrán cabida en esta nueva normativa, si se han tenido en cuenta y de que manera. Lo que sí es seguro es que además, en un momento en el que los combustibles derivados del petróleo están en sus máximos históricos y teniendo en cuenta que la Unión Europea prácticamente no dispone de producción de petróleo, pensar en una reestructuración del transporte es más urgente que nunca.

No hay certezas de cómo será la movilidad en 13 años y si el hidrógeno podría alcanzar el impacto que muchos esperan o si la generación de baterías será más sencilla, asequible y estas tendrán mayor capacidad. Lo que sí sabemos es que desde la posición de debilidad a nivel energético de la Unión Europea, es necesario buscar alternativas eficaces.

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