Uno supone que existen unas normativas que se deben cumplir a la hora de tomar decisiones que afectan a la seguridad vial así como personas que las conocen. Y que cuando se va a ejecutar una obra, hay más de una persona que revisa el pliego técnico para evitar errores. Pero parece que es mucho suponer viendo los casos que uno se encuentra. Y como ejemplo tenemos la calle Floridablanca de Cartagena, más conocida como la calle Tetris.
En 2008 se tomó la decisión de pintar pasos de peatones y así limitar la velocidad de los coches en esta calla. Pero no uno cada 100 metros como marca la normativa sino un total de 24 en un tramo de 500 metros. Esto lleva a algo tan absurdo como encontrarse una separación de entre cuatro y seis metros entre uno y otro. Prácticamente cada casa tiene su propio paso de peatones. Pero el asunto no acaba aquí ya que cada cebreado pintado obliga a rebajar la altura de la acera.
La intención era rebajar la velocidad de la calle para evitar atropellos pero también accidentes en los cruces. Pero no parece la mejor solución, ni sobre el papel ni sobre el asfalto. Guardias tumbados o espejos en los cruces pueden ayudar, tanta pintura se convierte en una trampa mortal para los motoristas en días de lluvia.
La persona que se encargó de tomar la decisión de pintar estos pasos de peatones ya falleció y ahora el Ayuntamiento de Cartagena se encuentra con el problema de eliminarlos. Pero el coste es prohibitivo y por lo tanto se ha tomado la decisión de volver a pintarlos.
El coste de repintar la señalización horizontal tuvo un coste de 487 euros. Sin embargo, eliminar la mayoría de pasos de peatones y volver a poner las aceras a nivel disparaba el coste a los 200.000 euros. Por lo tanto, todo seguirá igual para sus vecinos.