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50 años sin Ramón Torras

Fotos: SMN
El pasado día 30 de mayo se cumplieron 50 años sin Ramón Torras. Desconocido para gran parte del público nacional, fue uno de los primeros pilotos españoles en despuntar en el Campeonato del Mundo de Velocidad y uno de los grandes pilares del deporte del motociclismo en nuestro país.

Hay que coger la máquina del tiempo y retroceder hasta el 30 de mayo de 1965 para remontarse a la última carrera de uno de los primeros pilotos relevantes internacionalmente que ha tenido España. Aquel nefasto día de hace medio siglo, una figura emergente tanto dentro como fuera de las fronteras españolas, pasó a ser un mito después del trágico accidente que en Coma-ruga le costó la vida a Ramón Torras.

Criado en una familia humilde y huérfano de padre desde pequeño, Torras comenzó en la competición, como tantos otros, en una prueba de motocross que se disputó en Sabadell, su localidad natal y que ganó. Era mayo de 1960. El paso a la velocidad fue natural y pronto comenzó a dar muestras de un talento que le hacía destacar del resto de pilotos, lo que le hacía acercarse a uno de sus grandes objetivos, el de ser piloto profesional.

Ramón Torras consiguió ligarse oficialmente a Bultaco, como piloto de fábrica gracias a las gestiones del que fue su mentor, Juan Sobrepera “Tiger” para que Paco Bultó lo tuviera en cuenta. Una vez “Don Paco” accedió a ver a Torras en acción, se dio cuenta del diamante en bruto ante el que se encontraba y poco después de aquello, le ofreció un contrato de 5 años, que vinculaba al piloto catalán con Bultaco hasta 1966. Eran otros tiempos y no valía únicamente ser rápido en pista, también había que saber de mecánica y en eso Torras tampoco decepcionaba.

Como piloto oficial de Bultaco, afrontó 1962 como un año de aprendizaje, rodando en las carreras nacionales más importantes del momento, consiguiendo victorias frente a los pilotos consagrados a pesar de contar con 19 años. Ese mismo año ya viaja a Inglaterra, donde logró su primera victoria en el extranjero, en la categoría de 125. Hay quien dice que parte de su éxito estaba en que fue de los primeros pilotos en moverse encima de la moto, dando el primer paso al estilo de conducción moderno que terminaron de pulir Saarinen y Roberts en las décadas posteriores.

Ramón Torras era el referente en España

Con una Bultaco de rendimiento inferior a las motos de sus rivales, Torras comienza a destacar en las pruebas internacionales, como la de Modena, donde venció a todos los primeros espadas del momento, Redman, Spaggiari, Villa… Sin embargo, unos días después Torras sufre un grave accidente en Pau (Francia) que le lleva a estar una semana en coma. Volvió a la acción para el GP de la Merced que se disputaba en Jerez a final de temporada, casi medio año después y acabó de nuevo por los suelos, aunque sin mayores consecuencias. En aquella época, caerse estaba prohibido por el riesgo de impactar contra algo y Torras comenzó a granjearse la fama de piloto que se caía demasiado.

Aún así, sus actuaciones le hicieron ganar fama dentro y fuera de España, los aficionados lo conocen, las marcas se interesan por él, se ha convertido en un ídolo. Tanto es así, que incluso la prestigiosa Kreidler se interesa por él, llegando a realizar unos test, aunque su fama de “crasher” le precede y el contrato que le ofrecen no está a la altura de lo esperado, declinando la oferta de correr en 50, donde Bultaco no compite. Aún así, en el GP de Montjüic de aquella temporada, Torras corrió como sustituto, abandonando por avería.

España se quedaba pequeña y las carreras en el extranjero se sucedían, con el Campeonato del Mundo como objetivo. Torras consiguió dar el salto definitivo al Mundial en 1965 (después de correr una prueba en el ’64), únicamente pudo competir en tres GP’s, subiendo al podio en las tres ocasiones. Después llegó el accidente en Coma-ruga que acabó con su vida mientras probaba sobre un asfalto mojado las motos que llevaría a la Isla de Man unos días más tarde. Una carrera no prevista en un principio, que cambió el destino del motociclismo español y que aplazó el primer triunfo de un piloto español en un GP hasta 1968 con Salvador Cañellas.

El pasado fin de semana se homenajeó a Ramón Torras

Precisamente, el pasado fin de semana, familiares y amigos de Torras se reunieron en Coma-ruga, en la urbanización de Brisamar donde pasó a la posteridad, para rendirle un merecido homenaje a uno de los pilotos más importantes del motociclismo español y cuya memoria no debe perderse entre los éxitos del motociclismo moderno.

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