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Africa Twin, DCT y golpe de gas: mala combinación

Cuando la tecnología juega en tu contra
Fotos: SMN
Contar con la mejor tecnología no hace que una venta sea fácil. Si no que se lo pregunten a este comercial que ha acabado por el suelo después de una jugada digna de sketch cómico.

El arte de la venta, todo un estilo de vida que algunos son capaces de llevar y otros no. Persuadir, informar, convencer y cerrar el trato… hay miles de libros y millones de páginas escritas que intentan desvelar los secretos, pero estamos seguros que no preparan a los vendedores para lo que vamos a ver en el vídeo que acompaña estas líneas.

Nos trasladamos hasta un concesionario de Honda, con su gran trabajo de imagen de marca, sus amplitudes y sus máquinas expuestas para deleite de los posibles compradores. La cámara capta una de las joyas de la corona de la firma japonesa, la implacable Honda Africa Twin, una bestia nacida para disfrutar en viajes tanto por pistas como por carreteras. Más de 100 CV y un par motor admirable enjaulados en una máquina espectacular.

El caso es que mientras el vendedor (lleva el polo de Honda) está explicando algo al que suponemos comprador, pasa algo que no deja de sorprendernos. De repente, gira el puño de gas, la alfombra sale deslizando y el vendedor se cae de una manera bastante cómica: básicamente el suelo que pisaba ha desaparecido bajos sus pies.

Uno se puede preguntar ¿qué es lo que ha pasado? Y la respuesta es muy simple: la moto estaba arrancada. Y pensarás ¿cómo estando arrancada no estaba la rueda moviéndose? Pues ahí entra el punto de la tecnología y el DCT de Honda que hace que la moto a pesar de tener marchas se comporte como una moto automática. Entonces ¿es peligroso el DCT? Pues lo cierto es que no, ni mucho menos. Como todas las motos, con marcha engranada y pata de cabra o caballete puesto la moto se parará y no hay nada que temer. Aquí el fallo ha venido por parte de los vendedores y es que si te fijas la moto no está en el caballete sino fijada por la rueda delantera, por lo tanto es como si la moto estuviera parada en un semáforo y le dieses gas ¿qué haría? Exacto, arrancar.

Por suerte para todos, la fijación delantera aguanta y “sólo” mueve la alfombra. Si no hubiera estado bien anclada al suelo, los 107 Nm de par motor habrían hecho que la moto saliera disparada como un misil. Así que, dentro de todo, podemos decir que ha sido un «golpe» de suerte, menos para el vendedor. ¿Finalmente cerraría el trato?

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