Rodilla al suelo y como si no hubiese mañana, así ataca Alena Petrishina las curvas en uno de los circuitos con los que esta joven rusa de tan sólo siete años entrena con asiduidad subida a una pequeña moto de supermotard. Pero con la salvedad de que en este caso, el circuito está completamente anegado de agua.
Da la impresión de que parece fácil pero al mismo tiempo y dada la cantidad de agua que acumula el circuito, hay que ser muy valiente para rodar así de rápido y con esa confianza una vuelta tras otra. Es lo bueno de ser niños y hacer lo que te gusta, que quieres rodar lo más posible y la caída es, simplemente, una consecuencia del juego como cuando se caen corriendo en el parque persiguiendo a otros amigos.
Alena Petrishina lleva rodando en moto desde que tenía 3 o 4 años, poco a poco, primero con motos eléctricas de trial y luego ya con pequeñas supermotard. En Youtube podéis encontrar varios vídeos de ella y los entrenamientos que realiza.
Sin duda, hay manos y mucho talento encerrado bajo capas y capas de ropa con protecciones.