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Así serán las etiquetas medioambientales para moto según la DGT

Fotos: DGT
La DGT implantó en 2016 un sistema de etiquetas que distinguen los vehículos en función de su amabilidad con el medioambiente. Faltaba por confirmar qué etiquetas tendrían las motos, pero parece que ya podemos adelantar que no todas serán consideradas “poco contaminantes”. Si tienes una moto anterior a 2003, pronto podrías tener limitaciones de circulación.

Las etiquetas medioambientales aparecieron en abril de 2016. Es una idea original de la propia DGT, y se trata de clasificar el parque móvil del país en dos grandes grupos, aproximadamente al 50 por ciento. Distingue aquellos vehículos que son más amables con el mediomabiente, que reciben una de estas etiquetas (en función de su nivel de emisiones). Por otro lado están los que son más antiguos y más contaminantes, que no reciben ninguna etiqueta. Puesto que el tráfico es una de las fuentes de contaminación, de esta forma se conciencia a los usuarios de cuánto están contribuyendo (o no) a la polución global al conducir su vehículo.

Existen cuatro etiquetas o “niveles” de emisiones: desde la “Cero” hasta la “B”, pasando por la “Eco” y la “C”. La clasificación para coches se acordó con los fabricantes y otros implicados, en función de las normas Euro de emisiones. La etiqueta “Cero” se aplica en eléctricos e híbridos con más de 40 km de autonomía en modo eléctrico. La “Eco” al resto de híbridos y a los que usan Gas como combustible (GN o GLP). La etiqueta “C” es para los de gasolina posteriores a 2006 y diésel posteriores a 2014. La última, “B”, es para gasolina posteriores a 2000 y diésel de 2006 en adelante.

Etiquetas para motos

Después de catalogar los coches (y vehículos pesados), la DGT debía hacer lo propio con las motos. La patronal ANESDOR ha estado negociando con ellos la catalogación para seguir cierto paralelismo con los coches, y entendemos que habrá tenido que renunciar a algunas ventajas para poder negociar otros temas. A fin de cuentas y como es sabido, cada moto en circulación es un coche menos, disminuye la congestión y el impacto en la contaminación originada por el tráfico es siempre positivo. También sabemos que existen colectivos que no ven con tan buenos ojos como nosotros mismos las dos ruedas… y por eso toca negociar.

Pero de alguna forma había que catalogarlas, y éste será el criterio a falta de que se publique en el BOE de forma definitiva. La etiqueta “Cero” será para motos eléctricas (a falta de híbridas capaces de recorrer más de 40 km). La “Eco” queda exclusivamente para motos (y ciclomotores) híbridas o que usen gas, es decir, ahora mismo ¡ninguna!. La etiqueta “C” será para las motos más modernas (a partir de 2006), con homologación Euro 3 y Euro 4. Y la etiqueta “B” es para las que tenían Euro 2, es decir, las matriculadas a partir de 2003. Con esta catalogación algo más del 50 por ciento del parque existente queda dentro del grupo de motos amables con el medio ambiente, es decir, con etiqueta.

Antes de 2003, sin etiqueta…

Hay que subrayar dos cosas de esta clasificación final. La primera es que choca que no se haya catalogado como “Eco” ninguna moto, cuando por ejemplo las últimas 125 e incluso 250 Euro 4 tienen unos niveles de emisiones realmente bajos. Se justifica con que no cuentan con ninguna tecnología “especial” como sí ocurre en el caso de los coches (híbridos o con gas). Pero podríamos argumentar que ¡no lo necesitan! Una moto es ágil, ligera y poco contaminante de por sí.

La segunda es que, como decíamos, deja sin etiqueta a todas las motos anteriores a 2003. Son muchas (aproximadamente el 44 por ciento del parque) aunque eso responde a la política seguida con las etiquetas, es decir, que la mitad de vehículos se considere “limpio”. El problema es que etiquetar, o mejor dicho en este caso “no etiquetar”, a una moto pre-2003 como “no limpia”, y ponerla al mismo nivel (por ejemplo) que un Todo Terreno diésel de hace más de 10 años, no parece muy correcto ni equitativo…

Problemas en el futuro

¿Cuál es el problema ahora mismo? Ahora mismo, ninguno. Las etiquetas no se usan de momento para nada en la práctica. Pero esto va a cambiar y lo hará deprisa: los ayuntamientos cambiarán sus ordenanzas, y la DGT su normativa, para que cuando haya limitaciones de tráfico sean las etiquetas las que decidan quién circula y quién no.

No tardaremos mucho en descubrir si, por ejemplo en Barcelona que está a punto de introducir esta norma, se va a permitir que circulen todas las motos durante episodios de alta contaminación, o sólo permitirá que lo hagan las “etiquetadas”. Lo mismo en Madrid y otras ciudades con problemas ocasionales (pero graves) de polución. Y otro tanto se aplica a la autorización para circular por carriles especiales (tipo Bus-VAO). De momento ya sabemos, a falta de que el BOE lo confirme, qué etiqueta tendrá cada moto.

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