El botiquín del motero: lo que no debes olvidar si vas a viajar
Un pequeño “salvavidas” que llevar encima

Como hemos visto en otras ocasiones, preparar un viaje es un proceso muy meticuloso si queremos tener todo bien atado. Evitar imprevistos en la medida de lo posible y poder solventarlos si surgen, es lo que hace que el viaje pueda ser más relajado y es que saber que ante un problema puedes reaccionar rápido vale oro. También hemos visto que si vamos a viajar por Europa, viene muy bien la tarjeta sanitaria y que es muy fácil de conseguir. Pero hay un elemento que también es importante, que no es equipamiento, ni equipaje, pero que puede sernos muy útil: el botiquín del motero.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que, en esencia, el botiquín está destinado a poder paliar los pequeños incordios que pueden surgir en el día a día. Hablamos de remedios para síntomas leves, curas de heridas superficiales y algún que otro extra. Fuera de ese botiquín dejamos intencionadamente las medicinas y tratamientos que, por uno u otro motivo, podamos tener pautadas. Estamos hablando, de una “mochila universal” que nos pueda venir bien, tanto a nosotros como a cualquiera con quien compartamos viaje.
En el caso de medicamentos como tal no pueden faltar aquellos con propiedades analgésicas, antiinflamatorios y antipiréticos. El paracetamol, por ejemplo, cumple función tanto de analgesia como de antipirético, por lo que con una sola medicina podemos cubrir el abanico. En cuanto a los antiinflamatorios, el ibuprofeno suele ser una buena solución. No hace falta decir, pero lo recalcamos, que las medicinas no son caramelos y que, además, hay personas alérgicas a determinados medicamentos, así que hay que ser muy cautos a la hora de automedicarse o recomendar medicinas.

El sistema digestivo da para mucho, por eso es aconsejable contar con algún medicamento para las molestias estomacales, principalmente antiácidos y algún protector estomacal por si tenemos que tomar medicinas varios días. De la misma manera puede venir bien tratamientos antidiarréicos y preparados para la rehidratación. En este caso tan específico es importante no subirse a la moto fatigado o en malas condiciones, y contar con ellos puede ayudar a recuperarse mucho antes.
En el apartado de curas y primeros auxilios, es imprescindible contar con gasas estériles (a ser posibles individuales), venda, esparadrapo, tiritas y líquido desinfectante. Tampoco está de más contar con una crema antiséptica para tratar de evitar infecciones. Si tenemos espacio, las bolsas de frío pueden ser un aliado en caso de un pequeño golpe, aunque tampoco consiste en que llevemos más botiquín que equipaje.
Por último, y aunque no forma parte del botiquín como tal, sí sirve para cuidarnos cuando estamos en la moto y cuando bajamos de ella. Es la crema de protección solar y la crema hidratante. Como decimos, esta parte sería más de un neceser, pero proteger la parte de nuestra piel que pueda estar expuesta puede que haga que no tengamos que recurrir, por ejemplo, al paracetamol porque nos hemos quemado el cuello sin darnos cuenta. Tampoco son medicinas, pero nos pueden venir muy bien dependiendiendo del momento un termómetro y unas pequeñas tijeras por si necesitamos cortar alguno de los apósitos, esparadrapos... ¡Ahora ya sí que estamos totalmente preparados para el viaje!