La proporción de aire que necesita un motor de combustión interna de una moto respecto a la de gasolina es alta. Se denomina proporción estequiométrica, y ronda las quince partes de aire por cada una de combustible. Está en nuestra mano, mediante un mantenimiento mínimo y al alcance de cualquiera, asegurarnos del correcto suministro de aire al interior del motor.
Todo pasa por comprobar de vez en cuando el estado del filtro de aire de nuestra moto mediante una serie de consejos sobre cómo hacerlo bien. Con ello, prolongaremos la vida del motor de nuestra moto, al tiempo que contribuiremos a que la mezcla de aire y gasolina sea la que debe ser. Un filtro sucio influye negativamente en la carburación/inyección y hace que la moto vaya peor y gaste más.
Un filtro de aire limpio ayuda a prolongar la vida del motor de nuestra moto, a que ésta vaya mejor y gaste menos
Ahora bien, ¿cada cuánto debe hacerse? La respuesta es que depende del filtro de aire que lleve nuestra moto y de cómo de sucio sea el ambiente en el que circulamos con ella. Un ejemplo muy gráfico es nuestro propio filtro de aire corporal, es decir, las mucosas y vello del interior de nuestra nariz. Si nos exponemos a un ambiente especialmente polvoriento, necesitaremos sonarnos la nariz de forma continuada, para retirar de esos filtros las impurezas lesivas para nuestro organismo que éstos han ido atrapando.
En una moto ocurre lo mismo. El manual de propietario de tu moto fija los intervalos que el fabricante ha considerado necesarios, dependiendo del tipo de moto y del tipo de filtro de aire que ha considerado oportuno para ella, y oscilan desde una periodicidad diaria o incluso más que diaria en el caso de las motos de off-road, hasta decenas de miles de kilómetros en el caso de motos de carretera que se muevan en ambientes poco polvorientos.
Tipos de filtros de aire
Un filtro de aire tiene la difícil tarea de asegurar un correcto suministro de aire impidiendo a la vez que pequeñas partículas en suspensión (muy abrasivas y por tanto peligrosas ya que desgastan el interior del motor) logren introducirse. Volviendo al símil corporal, podemos aumentar la capacidad de filtrado de nuestras fosas nasales mediante, por ejemplo, el uso de una mascarilla que impida la entrada de partículas.
Ahora bien, con ella puesta, nuestra respiración se dificulta, ya que ese filtro extra limita la cantidad de oxígeno que llega a nuestros pulmones en cada respiración. De la misma forma que esto nos impediría realizar exigentes ejercicios físicos con una mascarilla puesta, un filtro muy protector y, por consiguiente, muy restrictivo, supone una limitación de las prestaciones del motor.
Cada tipo de filtro busca un compromiso entre garantizar un buen filtrado y asegurar un correcto flujo de aire
Difícil tesitura la de encontrar un término medio, un compromiso, entre garantizar una buena protección y asegurar a la vez un correcto flujo de aire de admisión que garantice que nuestra moto corra. Es por esto, que dependiendo del tipo y uso de una moto, los fabricantes opten por montar un filtro de aire determinado.
Básicamente podemos encontrar tres grandes grupos: esponja (habituales en motos de campo), papel (mayoritarios en las motos de carretera) y de algodón (lavables como los de esponja; son una alternativa a los de papel que montan las motos de carretera de serie). Lógicamente, debido a sus diferentes materiales de construcción, cada uno de ellos tiene su propia forma de ser limpiado y permiten un distinto nivel de actuación sobre ellos.
Filtros de esponja
Para evitar esto, las motos de motocross, enduro, trial, los quads y ATV etc… equipan filtros muy restrictivos pero a la vez muy protectores destinados a atrapar la máxima suciedad posible. El material que emplean es espuma o foam, a menudo dispuesta en varias capas cada vez más densas conforme se aproximan del exterior al interior. Incluso, suelen ir mínimamente impregnados en aceite, lo que aumenta su capacidad para atrapar las partículas… y al mismo tiempo, la necesidad de ser limpiados cada muy poco.
Recogen tanta suciedad que el flujo de aire en un filtro sucio se reduce sensiblemente, y el motor deja de ir fino. Suelen ir montados sobre bastidores de plástico o metal y sellados en su borde con espuma densa o material gomoso. Dado el ambiente sucio al que se enfrentan y la gran cantidad de suciedad que son capaces de retener, son diseñados para ser muy accesibles para su mantenimiento, incluso sin necesidad de herramientas para su desmontaje y montaje.
Su limpieza es sencilla pero debe ser muy periódica, incluso tras cada día de uso en motos de enduro y motocross
Su limpieza debe ser muy periódica. Mucho. Incluso en casos como las motos de motocross o enduro, lo óptimo es hacerlo tras cada uso. El procedimiento para limpiar este tipo de filtro de aire de espuma es simple. Una vez extraído se lava con agua y detergente (los hay específicos para ello: Motorex, Ipone, TwinAir… ) para retirar el aceite con el que van impregnados junto con el polvo atrapado. Esto puede requerir varios lavados. La tentación de estrujarlos retorciéndolos como si escurriéramos una toalla es grande, pero si quieres que el filtro te dure y no pierda capacidad de filtrado por pequeñas o grandes roturas o deformaciones fruto de los estrujones, debes hacerlo con mimo.
Una vez hecho esto, hay que dejar secar el filtro sin aplicarle calor intenso para que no se deteriore, usar un spray que le devuelva la capa de aceite por su cara exterior, montarlo sobre su armazón de plástico y volver a colocarlo en la caja del filtro de aire. Otra opción alternativa al spray es el propio aceite de mezcla. Recuerda que debe quedar impregnado, no empapado. Para poner la guinda, hay gente que les aplica baselina en el borde exterior que el bastidor de plástico o metal oprime contra la caja, para asegurar un sellado perfecto.
Si lo tratas bien, no lo retuerces, no lo limpias con gasolina o disolventes sino con un detergente apropiado, si, en definitiva, lo cuidas, te durará bastante tiempo. Pero vigila siempre el estado de la esponja para desecharlo si ésta presenta signos de estar degradada.
Filtros de papel
Son mayoritarios en motos de carretera y permiten poca o nula limpieza más allá de sacudirlos o soplarlos
El principal inconveniente de los filtros de papel, es que permiten poca o nula limpieza a lo largo de su vida útil, que ronda los 40.000 kilómetros. Si circulas habitualmente por zonas muy polvorientas o en grandes ciudades con gran presencia de contaminación, puedes desmontarlos y sacudirlos, pero conseguirás poco. Bueno, salvo que te hayas visto obligado a circular por un ambiente polvoriento en extremo, en cuyo caso sí que lograrás quitarle “lo más gordo”. Si tienes la tentación de soplarlo con un compresor, hazlo siempre desde la cara interna hacia la externa y nunca al revés, pero normalmente los fabricantes lo desaconsejan.
Otro de sus inconvenientes es que su acceso no suele ser del todo fácil en muchas motos de carretera dado que están pensados para usar y tirar. Si no lo tienes muy claro, no te metas en fregados y limítate a cambiarlo cuando te indique el manual de propietario o tu mecánico. Si finalmente te aventuras, asegúrate al colocarlo de nuevo que la goma exterior que sella sobre la caja del filtro queda bien colocada. Lleva normalmente unos estriados que casan con la caja. De lo contrario estarás abriendo un camino libre a la suciedad y habrás conseguido todo lo contrario a lo que perseguías.
Filtros textiles o “filtros de potencia”
En lo que a nosotros nos interesa, los filtros textiles pueden ser considerados una inversión para los que somos extremadamente escrupulosos en esto del mantenimiento, pues aunque suelen ser accesorios que resultan algo caros respecto a los filtros de papel, ofrecen la posibilidad de ser lavados tantas veces como queramos y duran la práctica totalidad de la vida de nuestra moto. En lugar de sustituir el filtro original de papel, lo limpias siguiendo las pautas que fija el fabricante y lo vuelves a montar.
Para maniáticos del mantenimiento; puedes lavarlos tantas veces como quieras y durarán tanto como tu moto
Los encontrarás para casi todos los modelos no sólo de carretera y trail, sino también para muchos de off-road, ya que como decíamos se pueden lavar infinidad de veces. Eso sí, a diferencia de los de espuma, en los que da menos reparo utilizar tu propio kit de limpieza (desengrasante casero tipo fregaplatos o KH-7), en estos da un poco más de cosilla salirse de lo que recomienda el fabricante. ¿Y qué recomienda? Pues su propio kit de productos para limpiarlos (son desengrasantes bastante potentes) y engrasarlos sin deteriorarlos.
Muchos se aventuran a utilizar sus propios medios, pero lo más aconsejable es adquirir un kit. Si te resulta caro ya que el uso de tu moto no es tan intensivo o los intervalos de mantenimiento para el filtro de aire son bastante espaciados, la opción es adquirirlos entre varios amiguetes y compartir gastos.
Los pasos a seguir no difieren mucho de los que se utilizan en un filtro de esponja, sin embargo, al no poder ser presionados para su desengrase y limpieza, habrá que repetir varias veces la operación de desengrase enjuagando con agua a baja presión y siempre desde el interior al exterior. Cepillarlos no es muy recomendable ya que puedes contribuir a incrustar la mugre más que a quitarla, que es lo que buscamos.