El concepto de movilidad urbana se aplica a los vehículos que ayudan a que el tráfico sea fluido en las grandes urbes y, en la medida de lo posible, lo menos contaminante. Sin embargo, también es un concepto que podríamos aplicar al Centaur Folding Scooter, un scooter plegable de la década de los ’60 que, además de ayudar a la movilidad en la ciudad, estaba pensado para facilitar su propia movilidad y acompañar en sus viajes a sus propietarios convirtiéndose en maleta.
Es cierto que hemos visto últimamente hasta maletas motorizadas, eso sí, con motor eléctrico y capacidad de ser usada como maleta. No es el caso del Centaur, cuyo único propósito es el transporte, pero que se diseñó con la premisa de que pudiera ser transportado una vez se plegase.
Técnicamente, esta reliquia del siglo XX tiene poco que esconder y tampoco tiene dónde hacerlo. Su motor de 2 tiempos era capaz de rendir 5 CV, lo que no está nada mal teniendo en cuenta que los scooter de 2T más modernos actuales rondan de media esta potencia. Además, se vendían como un vehículo de bajo consumo, ya que consumía 1 galón (3.78 litros) por cada 100 millas (160 kilómetros) es decir, traducido al “europeo” consumía 2,36 litros a los 100 kilómetros, una cifra espectacularmente baja para una época en la que los consumos de los vehículos eran especialmente altos.
Quizás lo más curioso de todo es que este vehículo, con el paso del tiempo, no ha perdido su encanto para muchos usuarios. Tanto es así que en el mercado de segunda mano, un Centaur Folding Scooter puede alcanzar una cifra cercana a los 2.500 $, lo que en euros serían actualmente 2.340.
