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¿Circulas sin tapones de las ruedas? Este es el peligro al que te enfrentas

La función de los tapones es evitar pérdidas de presión
Fotos: Bridgestone
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Los tapones de las válvulas de las ruedas con más importante de lo que podríamos pensar en un principio. Por ello, si circulas sin ellos, puede que estés teniendo problemas en los que no habías pensado.

Puede parecer algo sin importancia. Un simple tapón de plástico, que se enrosca con la mano y que no parece tener una función más allá de evitar que entre suciedad. Pero realmente los tapones de las válvulas en una rueda están ahí para evitar que suframos un susto, o incluso en el peor de los casos, un accidente. Los tapones deben estar siempre correctamente apretados, en buen estado (no rotos) y nunca tendríamos que circular sin ellos.

Para el que no las conozca en profundidad, las válvulas de los neumáticos son un invento ingenioso. Una especie de aguja llamada obús, que se mantiene en su posición mediante un muelle, evita que se escape el aire. Pero al ser presionada por el cabezal de una bomba de aire, se vence la resistencia del muelle y permite que el conjunto neumático/llanta reciban aire a presión.

Valvula de rueda

La importancia del tapón de las ruedas

Como dijimos, la primera función que cumple un tapón es evitar la entrada de suciedad en la válvula, algo que podría hacer que esta se obstruyese y dejase de funcionar. Es especialmente importante si circulamos fuera del asfalto, pues es fácil que se acumule barro, arena o incluso se lleguen a introducir pequeñas piedras. En carretera también, pues siempre hay polvo, arenilla u otras sustancias.

Pero quizás la función más crucial sea evitar la pérdida de aire, o al menos minimizarla. Pensemos que cuando un neumático gira, la válvula está sometida a la fuerza centrífuga. Y en concreto el obús, quien sufre una fuerza que hace que pueda llegar a vencer levemente la fuerza del muelle. Esto produce micro pérdidas de aire, más probables a alta velocidad o con baches (las vibraciones ayudan a estas pequeñas pérdidas).

El tapón contendrá el aire cuando la presión en su interior y el neumático se igualen, evitando que siga perdiendo aire al exterior. Pero además, y en caso de que falle el obús y pierda el aire de repente (como al desmontar una rueda), gracias al tapón la pérdida será mucho más gradual y lenta, permitiendo que nos demos cuenta seguramente de que tenemos un problema en el neumático.

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Para evitar el problema de la fuerza centrífuga, desde hace años existen las válvulas acodadas. Al estar montadas a 90º, no sufren estos problemas y permiten además un control de la presión mucho más cómodo, ya que no tienes que lidiar con los discos de freno o corona de la transmisión. Pero aun así, sigue siendo necesario el tapón por la suciedad y resto de inconvenientes.

Así que ya sabes. Si eres de los que no pone tapones porque es un engorro quitarlo y poner, ahora sabes a lo que te expones. Vale más que cojas los tampones de las válvulas de la bicicleta y se los pongas a la moto. Puede que nunca pase nada, pero el día que pase, puede que algo tan pequeño te salve de perder la batalla de la vida.

Y es que como escribió George Herbert hace más de 370 años:

«Por la falta de un clavo fue que la herradura se perdió. Por la falta de una herradura fue que el caballo se perdió. Por la falta de un caballo fue que el caballero se perdió. Por la falta de un caballero fue que la batalla se perdió. Y así como la batalla fue que un reino se perdió. Y todo porque fue un clavo el que faltó.»

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