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¿Cómo cambiar los puños de la moto?

Es la única parte de la moto a la que realmente vamos sujetos gracias a la fuerza que hacemos con las manos, pero el paso del tiempo y el uso hace que se desgasten o rompan y sustituirlos es algo sumamente sencillo. Hay diferentes maneras de hacerlo y que se mantengan en su sitio con el paso de los kilómetros.

Aunque muchos no le prestan la atención necesaria, lo cierto es que los puños son una parte importante de la moto. Dependiendo de su dureza y ergonomía son más cómodos para su uso o se adaptan mejor a las necesidades de cada disciplina. El caso es que, como cualquier parte de la moto, se trata de un consumible que se va desgastando, lo que hace que necesite cambio de manera periódica.

Paso 1: Desmontando el puño

Puede parecer mentira, pero sacar un puño de su posición habitual tirando es complicado ya que sus características hacen que sea difícil el que salgan si están en condiciones. La manera más rápida y efectiva es realizando un corte con una cuchilla con mucho cuidado de no cortarse, ya que estropear la caña del acelerador o el propio manillar izquierdo es “misión imposible”.

Paso 2: Montar el puño nuevo

Aquí la cosa se pone más interesante para los novatos, ya que el diseño de los puños nuevos hace que estos se ciñan al manillar y a la caña del acelerador de tal manera que cuesta meterlos tal cual y viene bien tener algún truco.

Uno muy efectivo es el de emplear alcohol para hacer que el puño deslice. Consiste en verter alcohol dentro del nuevo puño y utilizarlo a modo de lubricante. Cuando el alcohol se evapora, el puño está en su posición. De todas maneras, dependiendo del uso que se vaya a hacer de la moto, las necesidades de fijación son altas y, por lo tanto este no es el más efectivo de los sistemas en ese caso.

Otra opción es la de emplear un compresor de aire que hace que se “infle” el puño y gane espacio. Como es de material flexible, gana espacio y el poco aire que se queda entre la goma y el metal ayuda, aunque para eso se necesita maña y un compresor, obviamente.

Paso 3: Fijar el puño

Tener un puño fijado es vital, hasta tal punto que un puño que se mueva y dependiendo del uso que se de a la moto, puede hacer que este se salga de golpe y acabemos, en el mejor de los casos, dándonos un susto de los grandes.

Al igual que sucede con la colocación, las opciones son variadas. Hay quien emplea cinta adhesiva de doble cara, que puede ser efectiva, pero que dificulta la colocación. También hay quien opta por diferentes pegamentos e incluso con pintura en spray. El efecto es similar al del alcohol a la hora de ayudar a colocar el puño, pero con la ventaja de que cuando se seca se queda pegado en ambos casos.

Otra de las opciones, de hecho una de las más utilizadas en competición, incluso en las sofisticadas MotoGP, es el alambre. Empleando un alambre fino a modo de mordaza, este hace que se fije al manillar. De todas maneras hay que ser muy cuidadoso con este modo de fijación, pues debe prestarse atención al remate final y la unión de los dos extremos del alambre, ya que este puede engancharse en el guante y, aunque sabemos que los lectores de Soymotero.net no montáis en moto sin ellos, también os podéis pinchar en las manos si no las lleváis cubiertas.

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