¿Cómo conducir la moto en invierno? Todo lo que debes saber


Ropa específica
En las últimas semanas habréis visto que gran parte de las noticias del mundo de la moto están relacionadas en mayor o menor medida con la estación en la que nos encontramos ahora mismo, el invierno. Aunque oficialmente esta empieza el 21 de diciembre, llevamos ya unas semanas en la que la sensación térmica es más fría, y todo ello contribuye a nuestra vida cotidiana, donde se incluye coger nuestra moto cada día.
Por lo que supone la llegada del invierno a los conductores de motocicletas, desde SoyMotero.net te presentamos una serie de consejos e indicaciones que te vendrán bien para que tú y tu moto os sintáis igual de cómodos en esta época del año. Combinando seguridad y sentido común, podemos conseguir que el frío y las condiciones extremas no se conviertan en un problema para nosotros.
Cuando cae el termómetro y comenzamos a sentir el frío en nuestro cuerpo, sabemos que es el mejor momento para hacer el protocolario cambio de ropa en nuestros armarios. Las camisetas y bermudas dan paso a los forros y los pantalones de pana, del mismo modo que las chanclas hibernan hasta que las botas dejan de ser útiles.
A la hora de subirnos en nuestra moto también hay que tener en cuenta todo esto. Nuestro cuerpo está expuesto a las inclemencias meteorológicas cada vez que cogemos nuestra máquina. Si nos equipamos correctamente, con toda seguridad sentiremos la misma comodidad que en verano.
Diversas marcas de equipamiento, como Tucano Urbano, ofrecen un sinfín de prendas con las que combatir el frío y sus secuaces. Tenemos que equiparnos todo nuestro cuerpo, desde nuestro cuello hasta las piernas, porque todo puede verde afectado.
Existe un gran abanico de ropa en este sentido, por lo que el gusto nunca será un problema. Lo que debemos tener en cuenta es la protección que nos aporte. Chaquetas térmicas, realizadas a partir de forros polares, así como mantas y pantalones que almacenan el calor en nuestro cuerpo son sólo algunos de los ejemplos que podemos encontrar en las tiendas.
La moto también requiere cuidado
Nosotros ya estamos protegidos, y ahora le toca el turno a nuestra fiel amiga. Los fabricantes siempre tienen en cuenta todos estos aspectos a la hora de diseñar la mecánica de las motos, pero nunca está de más supervisar de vez en cuando el correcto funcionamiento de nuestra motocicleta.
En primer lugar, y antes de pasar a lo puramente mecánico, debemos de prestar una atención específica a nuestro casco. Es un objeto que puede convertirse en blanco fácil para el vaho, pero existen sprays antivaho que sirven para impedir que este fenómeno aparezca. Nuestra visión tiene que ser plena, y más en estos meses, cuando el cielo nos pone a prueba.
También hay que revisar con mimo la batería y los neumáticos, dos elementos que pueden resentirse en estas fechas. Vigilarlos con más frecuencia que en verano, y en el caso de las ruedas, cambiarlas o equiparlas para afrontar trayectos en los que a lo mejor las que usamos habitualmente no sirven.
Respecto al motor, lo más importante es calentarlo antes de salir. Podemos encender primero nuestra moto, y dejar que el motor coja la temperatura correcta mientras nosotros nos ponemos los guantes y el casco.
Ante todo responsabilidad
Nosotros podemos morirnos de ganas por coger nuestra moto y estar más capacitados que nunca, pero el asfalto no tiene por qué estar igual. Las condiciones meteorológicas muchas veces nos obligarán a dejar la moto en casa alguna vez, y otras podremos cogerla pero con responsabilidad, que es lo más importante. Cabeza siempre.
Cuando conduzcamos con lluvia, es fundamental respetar la distancia de seguridad, e incluso hacerla más grande, para evitar así frenadas bruscas, que en condiciones de mojado pueden poner en peligro nuestra seguridad. Hacernos visibles a los demás y tener paciencia con los demás conductores, porque siempre que llueve el tráfico aumenta.
En el caso de la niebla, lo mejor que se puede hacer es dejar la moto aparcada en el garaje. El principal peligro siempre es la falta de visibilidad, porque nos hace vulnerables ante cualquier imprevisto que pueda surgir. Si salimos a la carretera, respetar la distancia de seguridad y reducir la velocidad.
Por último, la nieve. Lo más sensato es esperar a que termine de nevar. Cuando salgamos, utilizar marchas largas y seguir las rodadas o los rastros que vayan dejando los coches. Especial cuidado con el hielo, sobre todo en moto.