¿Cómo disfrutar de la moto en familia? Así no…
Cuando el dinero no da y la necesidad aprieta

Muchos de los que ya tenemos una edad, hemos tenido la oportunidad en nuestra juventud de hacer algunas cosas con la moto de las que no estamos especialmente orgullosos. Una de ellas eran los famosos “tripletes”, en los que tres personas nos subíamos en una moto a la vez, algo que recuerda un poco al chiste aquel de “Van dos monjas en una moto…”. Era igual de divertido pero mucho más peligroso.
Aprovecho para confesar, ahora que el delito ha prescrito, que nunca lo hice en una carretera o en la calle, sino en los viales del Circuito de Jerez, bronca mediante. Pero en este caso sí que se trata de una situación vivida en la calle, y en la que podemos ver como siete niños y un adulto se suben en la misma moto. Sí, hemos contado bien, ocho personas en total que no buscan batir un Guinness.
Tampoco estamos ante un espectáculo de circo, lamentablemente, sino ante una situación que parece bastante cotidiana para los protagonistas y en la que queda claro que hay una falta de recursos evidentes. Ya hemos visto en otras ocasiones situaciones similares y, también, sabemos perfectamente cómo hay que transportar a los niños en moto.
Además de llevar la moto cargada hasta los topes con los niños como si fuesen sardinas en lata, hay que sumar las mochilas y eso da la sensación de que pudiera tratarse de la salida del colegio. Al hecho de ir todos en la misma moto hay que sumar que ninguno de ellos, incluido el conductor, lleva la más mínima protección y los cascos brillan por su ausencia.
Está claro que no será una elección de buen gusto, pero también parece evidente que no deben tener muchas más en esa casa y que, posiblemente, no haya más opciones que esta. A nosotros nos encanta ver familias compartir la pasión por las motos, pero esta sinceramente nos recuerda que la vida a veces consiste en adaptarse y administrar los recursos lo mejor posible.