Adrian Owen es un tipo con suerte porque tras salir volando literalmente por la ladera de una montaña, precipicio abajo, puede contarlo. Así agradece en el vídeo que publicó hace unos días a todos aquellos que le echaron una mano tras su accidente, desde la gente que le acompañó mientras esperaba a los rescatadores y también al personal sanitario y del helicóptero que lo trasladó al hospital.
Adrian se encontraba al parecer practicando enduro con unos amigos y tras recorrer algunas zonas de baja dificultad, aceleró para un tramo rápido. Al desconocer el terreno en el que se movía, lo que el pensó que sería un salto sin más trascendencia era en verdad el final del terreno y, al otro lado, un barranco por el que se precipitó al vacío.
Moraleja: a no ser que estemos en un circuito perfectamente delimitado (y aun así), debemos extremar las precauciones sobre todo si no lo conocemos en profundidad.