De 100 a 600 CV, la increíble transformación de una Suzuki GS 1100 de 1980
Está tan modificada que hasta parece otra

El mundo de las modificaciones es como un pozo sin fondo. Si tienes presupuesto y tienes tiempo puedes hacer que una moto acabada no se parezca en nada al modelo original desde el que se empezó a trabajar. Más o menos eso es lo que le ha pasado a esta Suzuki GS 1100 de 1980 y es que tras pasar por las manos de dos preparadores llamados Brad Mummert y Mike Schultz poco le queda de original, hasta el nombre ha cambiado y ahora se llama Pro Street GS.
Como puedes ver, aparte más llamativa a simple vista es el tamaño y es que la Pro Street GS es una moto de carreras de aceleración, una dragster vamos. Obviamente, llama la atención la estética, como el depósito ha cambiado, el asiento y el colín son tremendamente diferentes y como de la GS original nos quedamos con el faro delantero y con el color gris sumado a las líneas azules. Precisamente esos tres detalles son los que le confieren el parecido.
A partir de ahí encontramos unas diferencias abismales empezando por el motor. Cierto es que el motor original era potente para su época y entregaba 100 CV, pero el moto es específico para carreras de dragster y es capaz de ofrecer unos salvajes 600 CV, una potencia que, lógicamente, obliga a que el resto del conjunto sea adaptado a ello. Es por eso que el bastidor es totalmente diferente, ya que se tuvo que reforzar a conciencia y ese es el mismo motivo por el cual cuenta con unas suspensiones totalmente diferentes y muchísimo más actuales. Lógicamente, las llantas no podían ser de radios, imagina lo que puede pasar cuando giran a toda velocidad con esos radios…
En el vídeo cuentan el quebradero de cabeza que supusieron los escapes, que debieron ser modificados para evitar que el piloto más alto, el primero era más bajito, se quemara con ellos. Podemos decir que es más peripecia el haber construido una moto así que el hecho de ponerse en una recta e intentar consumir el cuarto de milla lo antes posible. Lo que es seguro es la satisfacción y el orgullo que uno debe sentir al crear una máquina tan especial y, dicho sea de paso, con tanto gusto y esmero.