Sí, no os estamos engañando ni nos hemos colado con el número. Doce, es decir 12, osea, una docena de motocicletas Norton, a estrenar, y perfectamente embaladas en sus respectivas cajas tal y como salieron de la fábrica británica. Se tratan de unas Norton Commando 850 de 1975 además de una Matchless G80 de 1989 también en perfectas condiciones.
Lo que hemos podido saber de esta historia, que ha acontecido en Aalst (Bélgica), es que las motos eran propiedad del dueño de MotoshopPodevyn y fueron descubiertas tras la muerte del propietario.
Este hombre, un apasionado de las motos sin lugar a dudas, tenía una gran reputación como coleccionista de motos pero al mismo tiempo, casi nadie sabía qué motos había en su colección la cual superaba la centena de piezas.
Sus herederos, al contrario que él, no estaban muy interesados en las motos así que las vendieron por un precio de entre 18.000 y 20.000 cada una de las once Norton mientras que las Matchless fue adquirida por solamente 10.500 euros.
Seguramente os ha llamado la atención que antes hemos dicho una docena de Norton pero a la hora de hablar del precio por el que las vendieron, hemos anotado un total de once. Es así porque curiosamente no ha sido la única Norton descubierta recientemente, ya que en el mercadillo de segunda mano Americanmoto apareció otra Norton Commando 850 de 1975 también guardada en su caja original.
La moto pertenecía a Sonny Angel, en California, y durante todo este tipo estuvo almacenada debajo de un montón de piezas y restos de otras motos. Fue vendida por casi 21.000 euros.
Las Norton Commando 850 de 1975 eran unas auténticas motos muy cotizadas en su época. Montaban un bicilíndrico en paralelo de 850 cc con refrigeración por aire y estuvo en venta desde 1973 hasta 1977. En 1975, el año de estos modelos, se les introdujo el arranque eléctrico y el freno de disco trasero además de unas culatas rediseñadas. Declaraban 52 cv para un peso de 233 kg y una velocidad máxima que rozaba los 190 km/h.
Yo no sé vosotros, pero voy a echar un ojo en el trastero. Quien sabe, igual tengo algún tesoro…
