En un primer momento la categoría Open nacía como la opción de los equipos privados de alcanzar un cierto nivel de competitividad con unos costes contenidos en comparación con los caros alquileres de las MotoGP satélite. Lo que parecía no estar previsto instante es que alguna de las marcas implicadas en MotoGP se acogiese a ese reglamento, que supone una ventaja en combustible, neumáticos y número de motores disponibles con la única condición de utilizar la centralita única.
Sin embargo ese momento llegó la pasada semana con el anuncio por parte de Ducati de participar acogiéndose a ese reglamento Open, con los 24 litros de gasolina, las ruedas blandas (previstas para entrenamientos) y 12 motores para toda la temporada, además de un software de gestión electrónica elaborado por Magneti Marelli con una actualización que le aporta aún más competitividad.
En ese punto, con el reglamento interpretado al pie de la letra por Ducati y la Yamaha FTR de Aleix Espargaró metiendo miedo en los test de Sepang, HRC decidió mover ficha y la artillería pesada. Públicamente sólo disponemos de las quejas de Livio Suppo, pero a buen seguro y como acostumbra a hacer Honda cada vez que algo no le gusta habrá jugado duro con Dorna.
Tras las presiones públicas y los movimientos por detrás del telón, en cuestión de horas el propio Carmelo Ezpeleta salía a anunciar en una entrevista al Diario AS que se había creado una nueva subcategoría que estaría caballo entre el reglamento Open y el Factory. Le han nombrado Factory 2 y en ella entrarán de manera automática todos los fabricantes inscritos en Open que consigan tres terceras plazas, dos segundas o una victoria.