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Eddie Braun consigue completar con éxito el sueño de Evel Knievel

Fotos: Eddie Braun
Ayer era la fecha elegida por el especialista de cine Eddie Braun para intentar lo que su ídolo no pudo conseguir: cruzar el cañón de Snake River en Idaho montado en un cohete de propulsión a vapor. Y como estaba previsto, un poco antes de las cuatro Eddie Cruzó el cielo dejando tras de si una gran estela.

No era un reto sencillo por los problemas técnicos que supone intentar algo así. Y también por los enormes costes del proyecto, estimados en aproximadamente 1,6 millones de dólares y que Eddie Braun ha puesto de su bolsillo. Pero después de meses de preparación, Eddie consiguió lo que no pudo Evel Knievel debido a un fallo técnico. Cuarenta años después, el Evel Spirit aterrizaba como estaba previsto al otro lado del cañón Snake River.

Antes de que veáis el vídeo, os queremos poner en antecedentes con algunas cifras que seguro que os dejarán todavía más asombrados. Para empezar, la distancia que debía salvar Eddie Braun era de 1.400 pies, unos 425 metros. Para conseguirlo, su cohete acelerando en 3,9 segundos hasta las 430 mph (692 km/h), lo que supone que su cuerpo ha soportado casi 50 G’s. Poco antes de desplegarse el paracaídas, alcanzaba una altura techo de 2.000 pies, 609 metros.

Scott Truax fue el diseñador del cohete Evel Spirit con lo que parte del proyecto original estaba presente pues su padre Bob fue quien diseño el cohete que usó Evel Knievel. Además, piezas de repuesto del Skycycle X-2 original fueron utilizadas en el nuevo aparato.

Tras conseguir la hazaña, Eddie declaraba “sentirse como el tercer quaterback suplente desconocido de un equipo universitario que acaba de ganar la Super Bowl. Mi equipo consiguió llevarme allí. Corrí hasta la línea de gol. Marcamos y hemos ganado.”

Eddie Braun abandona la rampa de lanzamiento

Aunque quizás la parte más emotiva sea la que dijo después: “Me gustaría decir que no he hecho algo que Evel Knievel no pudo hacer. Simplemente he conseguido finalizar su sueño. ¿Cuántas personas pueden decir que han acabado el sueño de su héroe?” Muy pocas Eddie, muy pocas. Y es que Braun conoció a Evel en uno de sus espectáculos y tras poder hablar con él y darle la mano cuando todavía era un chaval imberbe, decidió que quería ser especialista.

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